7.«¿En serio soy... odioso?»

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—¿¡Tú?!¿¡Porqué tú y no Robín?!—preguntó muy molesto el príncipe Juan.

—Porque Robín se enfermó por culpa tuya —dijo aún mas molesto John.

—¿Dónde está Robín?

—En cualquier lugar menos en tu cama —contestó con una sonrisa vengativa, casi de superioridad John; mientras que el príncipe no podía estar más confundido, avergonzado y lleno de rabia a la vez, ¿cómo rayos es que él...— Robín me lo dijo todo, así que más te vale dejar de molestarlo —sentenció.

El príncipe Juan no podía ponerse más pálido en ese momento, y hasta su erección se había apasiguado con tales palabras.

—¿p-pero...

Fue interrumpido al instante por John el cual lo fulminó con la mirada.

—Pero nada, dejelo en paz o no tendré ni una pizca de consideración al dejárselo claro —dijo en forma de amenaza; para finalmente desatar un nudo que había en una rama, así mismo dejando caer al príncipe.

—¡P-pero tú no tienes el derecho de decidir por el!¡si el va a decirme algo que —fue interrumpido por John quien lo apuntó con aquel pedazo de árbol el cual siempre llevaba con él.

—Tienes razón, no tengo el derecho, pero soy yo su mejor amigo y consejero; y siempre lo he apoyado en todo —dijo John—. Así que cierras la boca —Su semblante cambió a uno más serio y sombrío de inmediato— o juro que te mueres.

(...)

No lo podía creer, ¿acaso se había atrevido a desafiar al príncipe?¿cómo era posible que pudiese haber actuado así? y ¿porqué no pudo formular palabra alguna cuando todo eso ocurrió? si que era un tonto, y ahora mismo ya no sabia que hacer respecto a eso.

—¿Se encuentra bien, príncipe Juan? —formuló el sheriff— Lo he visto muy raro últimamente.

—Sí, si estoy bien... lo que pasa es que... ¿cómo convencer a alguien cuya respuesta definitiva es la contraria a la que uno quiere sea? —El silencio que se habia creado era incomodo, al parecer ni el sheriff sabia tratar temas tan delicados como esos.

—Bueno, la verdad es que no lo sé, pero de lo que estoy seguro es que si usted sigue insistiendo llegara un punto en el que esa persona deje de negarse y acepte la situación —decía de la forma más tranquila posible; tratando de dar la mejor respuesta.

—Seguir insistiendo... —decía el príncipe a la vez que pensaba. No estaba totalmente seguro de que el sheriff lo dijiese con certeza entera, pero no tenía nada más que perder; después de todo su dignidad ya se la habia llevado el príncipe de los ladrones desde hace años.

—Y, ¿se puede saber de quien estamos hablando? —preguntó incrédulo el sheriff.

—De Robín —respondió como si nada el príncipe.

—Oh, ¿es enserio?¿en qué momento entabló una conversación con él?

—Ayer... Supongo; no lo recuerdo, me duele la cabeza.

—¿No se estará resfriando príncipe? —Con aquella pregunta, más que preguntarse si realmente estaba enfermo, el príncipe Juan empezó a recordar los sucesos de la noche anterior.

Se puso realmente rojo al instante, ¿cómo se habrá sentido Robín cuando por accidente frotó su miembro detrás de él? ¿Será capaz de verlo a la cara después?¿Robín realmente quisiera volver a verlo?¿cuándo se curara?¿dónde quedará su tan famosa guarida?¿y cuál seria la forma indicada de descubrir su localidad? mil y un preguntas abundaban en la mente del príncipe Juan; cual autista se sumerje en su mundo.

El Principe De Los Ladrones (Yaoi/BL/Gay) [CANCELADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora