Capítulo 1

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-Summer, despierta, venga.- grita mi amiga Holly.

-Voy, déjame diez minutos.- le respondo mientras vuelvo a meterme bajo las sábanas.

-Summer Reynlods, levántate o llegarás tarde a la universidad.- dice tirando de mí , al final consigue sacarme de la cama mientras yo gruño.

Me caigo al suelo y comienzo a reírme, Holly abre las ventanas para que entre la luz y yo grito porque me quedo casi ciega.

-¡Zorra! ¡Luz no!.- le digo.

-Si luz si, ¡tienes que ser alguien en la vida, así que levánta!.- chilla, la voz chillona de Holly se queda en mi cabeza, y me quejo.

Cuando por fin me levanto le gruño, mi habitación está hecha un desastre y ya me da asco de pensar que me toca limpiar hoy.

Estamos en las afueras de Londres, el sitio ideal para una estudiante que acaba de entrar a la universidad ese año, junto a su mejor amiga.

Las dos vivíamos en Aberdeen, me gustaba vivir allí, pero, ¿qué chica de 19 años no cambiaría el pueblo en el que vive por una gran ciudad? Pues eso.
Me aseo y me pongo unos pitillos, un jersey gris, un gorro granate y unas botas negras, me maquillo un poco y bajo a desayunar.

Holly y yo somos muy diferentes, ella es muy simpática, rubia, con los ojos color miel y bajita, además de delgada, pero tenía muchas curvas, que nadie se explicaba de dónde salían.

Tras observarla me miro, no puedo competir con ella, soy morena y me llega el pelo hasta el ombligo con mechas color cobrizo, ojos marrones, lo típico, soy más alta que ella y por eso siempre he parecido mayor que ella.

Eso si, ambas tenemos 19 años. Terminamos de desayunar y fregamos los cacharros del desayuno antes de salir corriendo a coger el metro e ir a la facultad.

Llevamos tres meses viviendo en Londres, pero somos un completo desastre para llegar puntuales a clase. Corremos hasta la estación y suerte que a esas horas sólo había algún que otro estudiante y adultos que iban a trabajar.

-Me he dejado el bono del metro.- dice Holly buscando desesperada en el bolso.

-Toma.- le digo mientras paso por el metro y le doy el billete para que pueda pasar ella también.

Tenemos que entrar a la Línea Azul, la que nos lleva hasta una calle cercana a la universidad, corremos hasta quedar sin aliento, pero es inútil.

Perdemos el metro, y el siguiente no llega hasta dentro de diez minutos, así que nos quedamos ahí esperando con resignación.

-Tanto correr para nada.- dice Holly sentándose en el suelo del andén.

-Ya, que se le va a hacer.- le digo mientras cojo un METRO, el típico periódico que ponen diariamente en todas las estaciones para entretener a los pasajeros.

En la portada sale el Manchester United, por lo visto le había ganado al Barcelona la noche anterior, las demás noticias eran sobre artistas y sobre personajes públicos que a nadie le interesaban pero que consiguen entretenerte hasta que llega tu tren, Holly lleva sus auriculares puestos, unos beats que hace unas semanas habíamos comprado de imitación en Candem Town, se me daba bien negociar, me salieron muy baratos.

Holly mueve los brazos como si estuviese bailando, yo la miro y me río, es idiota, pero la quiero.

-Venga Holly, que ya llega.- digo señalando el tren.

Ayudo a Holly a levantarse y cuando el vagón que está frente a nosotras se abre y entramos deprisa y corriendo.

-Son siete paradas.- digo mirando mi reloj.

Viviendo con The Vamps [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora