Catársis: Ámame - Serie Catarsis #1

IV: Primer Mes

Primer mes

Llegamos a Cancún antes de lo previsto por una cosa de marea o algo así, la verdad es que no entendí bien al chico que nos avisa.

El crucero tiene seis destinos y se quedará dos semanas en cada uno. Tiene un séptimo destino, Miami, pero como es el destino final no se toma en cuenta ya que no se quedará dos semanas ahí.

Abro los regalos de los chicos, Martin me ha regalado un collar que tiene una foto de todos, linda intención, horrible collar. Lydia me ha regalado unos pendientes preciosos pero que no combinan con nada de lo que tengo aquí, al menos no para las ocasiones que espero vivir. Daniel me ha regalado UN JODIDO DILDO de veinte centímetros, ruedo los ojos y lo guardo donde estaba. No me lo puedo creer. Luego lo saco y me saco una foto con cada regalo para mandarlas al grupo.

Me preparo con ropa cómoda para salir a dar vueltas por el lugar antes de ir a ver a nana. El crucero ofrece todos los días un recorrido turístico, pero yo ya conozco Cancún. Cuando nana murió fue sepultada en su tierra natal a una hora en auto de Cancún.

Mi abuela era mexicana y mi abuelo era de Boston, se enamoraron y ella se mudó a los estados unidos luego de casarse. Cuando mi abuelo murió fue sepultado en México por deseos propios y junto a él fue sepultada mi nana. Ahora me gusta creer que están juntos en el cielo cuidando de mí.

Paso a un restaurante a comer tamales con tomates para conmemorarla, todos hablan en español, es una suerte que mi nana me haya enseñado, gracias a ella lo hablo casi a la perfección.

Visito una capilla y decido hablar con Dios para pedirle que me la cuide y que le mande mis saludos. Mi nana me enseñó a ser muy creyente de Dios. "Él es el único que jamás te va a fallar mi niña, aunque a veces pienses que te ha dejado siempre estará ahí" me decía cuando íbamos a misa juntas.

Ella era una mujer implacable, fuerte y de gran carácter, la gente piensa que las bromas con la chancla son mentiras o que son exageraciones, pero no, aún me siguen doliendo los chanclazos que me daba en la cabeza cuando me portaba mal, ya me la imagino dando chanclazos en el cielo, me río disimuladamente con la imagen de mi mente.

Emprendo camino al cementerio en un taxi. gracias nana por regalarme la lotería hace tantos años. llevo mi libro y un billete de lotería que pasé a comprar para regalárselo.

Cuando llego compro un ramo grande de tulipanes morados; sus flores favoritas, de su color favorito. Camino por el laberinto de sepulcros hasta llegar al de ella. Hago mi rutina de siempre que la vengo a ver. Limpio los nombres con un paño, cambio el agua de los floreros, boto las flores que están marchitas y pongo las nuevas. Me siento en la banca que instalamos con ella cuando murió papá Michael, mi abuelo, la instalamos para que en Día de muertos pudiéramos visitar y cenar.

− Hola nana, papá Mike. He venido antes este año porque mis amigos me han regalado un viaje por el Caribe, Joaquín manda saludos. – les cuento. la gente que pasa no me mira como un bicho raro, muchos acostumbran a hablarle a sus seres queridos aquí, en el cementerio. – estaré dos semanas y vendré todos los días a contarles cosas nuevas y a conversar, a cantarles y bueno a acompañarlos. – suspiro – Como me hubiese gustado que me hubieses acompañado nana, te veo gritándome por andar mostrando la carne con el bikini, pero disfrutando del spa del crucero. No te creerías lo gigante que es; es como un hotel en el mar. Tiene una piscina muy grande, un gimnasio, aunque ya sé – digo con los brazos alzados – ya sé que no te gustan los gimnasios, que siempre dices que estoy muy delgada. – sonrío para mis adentros – te extraño – el nudo en mi garganta comienza a crecer – extraño tu risa, tus comentarios a la tele cuando veías tus telenovelas, tus tamales, la sopa que me hacías cuando estaba enferma – un sollozo se escapa de mi voz y tapo mi boca – no puedo creer que haya pasado tanto tiempo ya... Te extraño nana... te necesito cada día. – Me deshago en llanto y sollozo fuerte.