Catársis: Ámame - Serie Catarsis #1

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Estoy helada, la sangre ha abandonado por completo mi cuerpo, estoy en una puta revista, a la vista de todo el mundo... de él.

Miro detenidamente las fotos que cubren la portada, la foto más grande es la foto de nuestro beso, parecemos una pareja normal como cualquier otra, la foto en la que nos miramos me veo como una persona distinta, mis ojos tienen algo que jamás había visto... Felicidad, me veo malditamente feliz. El trago amargo de estar en una revista y de que mi privacidad haya sido terriblemente violada desaparece ante el sentimiento de felicidad al recordar los bellos momentos que están plasmados en esas fotografías.

− Creí que éramos amigos Isi. – Erick rompe el silencio de pronto. Su voz es puro enojo, resentimiento... dolor – Pero los amigos no se ocultan chorradas tan importantes como estas – dice volteándose a mí mirándome de una manera que jamás había visto, ya no hay amabilidad en ellos. − ¿Por qué he tenido que enterarme de esta forma? – de pronto me inunda un fuerte sentimiento de ira y recriminaciones sin decir.

− PORQUE HAS DESAPARECIDO. Yo intente decírtelo desde el principio, pero desapareciste joder, te has ido cuando más te necesitaba. Me dejaste de lado como si no fuera nada, explícame tu qué clase de amigo hace eso. – mi voz está rota pero no lloro, no quiero. Me mira de pronto con remordimiento en su mirada – Explícamelo porque de verdad que no lo entiendo.

− Necesitaba tiempo para pensar – dice luego de un rato de mirarme fijamente

− ¿Pensar qué? ¿Por qué necesitabas estar lejos de mí para pensar? Jamás lo habías necesitado antes, jamás. – sollozo despacio sorprendiéndonos a ambos con el llanto silencioso que había empezado a soltar – Te busqué, te escribí, te llamé, hasta busqué a tu hermano para saber de ti. ¿Qué necesitabas pensar? ¿Por qué desapareciste? ¡¿POR QUÉ COÑO?! – mi grito lo sobresalta y su mirada me dice que está luchando con lo que va a decir

− Por ese imbécil – dice refiriéndose a la imagen de Blackwell en la revista y yo juro que mi corazón se ha saltado un latido. – Ha aparecido de la nada diciendo que lo que quiere contigo es serio que jamás había sentido algo así por nadie y todos han comprado las basuras que vende... todos menos yo. – dice asintiendo con la cabeza – De todos pensé que tu serías la más inteligente – me apunta con un dedo acusador – pero veo que me equivoqué – toma la revista en sus manos y me muestra la portada una vez más. – Has caído en el juego del peor.

− Tu no lo conoces – digo en un susurro que suena como un grito en comparación al silencio que nos rodea

− Coño si hasta lo defiendes Isi – lanza sus brazos al aire. – Menudo hijo de puta que has elegido para romper tus reglas. – me mira desafiante – él es un mujeriego y vas a sufrir. Porque le pasa a todas las que salen con él, luego de tirárselas las deja como cualquier cosa.

− A eso estoy acostumbrada – escupo tratando de ocultar el dolor que se posa en mi pecho

− La diferencia es que tu no sufres por eso porque tienes las cosas bien claras, o las tenías... Vas a sufrir Isi y no quiero que eso pase... − dice mirando el suelo.

− Nada de lo que dices explica la razón del por qué te fuiste. Solo le tiras mierda a Matthew porque él si supo estar cuando tu no – digo tocándole el pecho con mi dedo. – Yo sé las cosas que él hacía antes de mí y él sabe las cosas que yo hacía antes de él. Incluyéndote... − El frunce el ceño. – A mí no me interesan las mujeres que pasaron por su cama porque me interesa que la que está ahora soy yo.

− Escúchate Isi, ¿Qué harás cuando te tire y te deje? – me quedo en silencio – A menos que... − su mirada está llena de pánico – Ya lo hayas hecho... Isi dime que no lo has hecho. DIMELO – su voz se quiebra de pronto