VII

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Cuando salgo del restaurant emprendo camino a la salida, corro hacia la playa y cuando llego ya no hay aire en mis pulmones. Respira Isi. Una y otra vez, respira. Siento que nada de aire puede entrar y el pecho me quema. Recuerdo a nana cuando tenía mis ataques de asma.

"Ay de mi llorona, llévame al rio ay de mi llorona, llévame al rio"

Recuerdo su voz, y comienzo a tranquilizarme. Pero la abrumadora sensación no se va y pronto las lágrimas caen por miro rostro. Demonios. ¿Qué hace aquí?

Como si mis pensamientos lo invocasen y como si fuera un imán, lo siento venir. Me volteo. Está perfecto, con una barba de unos días, una playera negra y unos shorts que le caen perfectamente en las caderas. Todo mi cuerpo reacciona a su presencia. Mis labios están secos, mis piernas una vez más están como una gelatina y no sé qué es lo que me mantiene de pie, Mi corazón está completamente desbocado como si quisiera salirse de mi pecho.

− ¡¿Qué estás haciendo aquí?! - grito para mi propia sorpresa, mi voz se escucha quebrada por las lágrimas que aún no derramo

− He venido a terminar lo que empecé - Su voz, como ya era de pensarlo, me hace estremecer, pero esta vez es algo más que físico.

− ¿Has viajado casi cinco mil kilómetros para cantar una canción, acostarte conmigo y luego irte? - lo que digo me hace más daño del que planeo - No Blackwell yo no estoy para esos juegos. ¿Es que acaso no te quedo claro mi último correo? - Su expresión denota dolor, confusión, pasión, todo en un solo segundo, no habla. − ¿Por qué a mí? ¿Por qué no te vas a molestar a otra? Hay millones de mujeres que están más que dispuestas a abrirte las piernas y darte un buen rato. - extiendo mi mano apuntando hacia atrás como si atrás de mi estuviese un millón de mujeres esperándole. me mira fijamente − ¡¿Por qué a mí?!

− ¡Porque me gustas joder! - grita y se acerca a mí, doy un paso atrás y se detiene

− Ese es tu problema. No mío. - mis sollozos interrumpen mis frases, pero se entienden.

− ¿A que le temes? - otra vez esa maldita pregunta - Dime ¿A qué le temes Isabella? - a sufrir...

− ¿Por qué tendría yo que responderte esa pregunta? ¿Quién te crees que eres que crees que tienes ese derecho? - Se acerca una vez más, pero yo no retrocedo

− ¿A qué le temes Isabella? - pregunta una vez está a menos de un metro de mí. Mis ojos están clavados a los suyos que me miran con honestidad e intensidad − ¡¿A qué?!

− ¡A ti! - abre los ojos de par en par con... pánico - Te temo a ti, a lo que me haces sentir y a mí misma cuando tu estas cerca. Joder que no puedo controlar nada de esto y me aterra - me mira atentamente, no sabe que decir. - No sé qué es esto que siento y en serio que me aterra. - ahí está. lo he dicho, he admitido que hay un sentimiento involucrado, Isabella Miller, la mujer que juró nunca enamorarse ni involucrarse con nadie sentimentalmente acaba de admitir que está completamente perdida

− Yo tampoco sé qué es esto que siento. - dice rompiendo el silencio que se había formado - También tengo miedo. Pensé en dejarte en paz, pero no puedo. Eres lo primero que aparece en mi mente en las mañanas y lo último que pienso al dormir. Joder. Jamás había dedicado una canción en mi vida. - dice pasando una mano por su cabello - Tu cambiaste algo en mí. Desde el primer momento en que te vi bajando de esa máquina mortal a la que le llaman moto. - Él me había visto antes que yo a él. Mi gesto se suaviza y el enojo que tengo comienza a disiparse

− ¿Qué quieres de mí Blackwell? - digo con mis brazos caídos, lánguidos a mis lados. El niega con la cabeza y su respiración está acelerada. − ¿Qué es lo que quieres de mí Matthew?

Catársis: Ámame - Serie Catarsis #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora