Cap. 10

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Narra Carlos:

-Adiós.

-Adiós cuidate.

Cerré la puerta y solté un suspiro, caminé hacia mi habitación y entonces sonreí al recordar lo que dejé pendiente. Me asomé por la puerta y estaba parado como pensando en algo, me apoyé en el marco de esta a mirarlo. Él también me quedó mirando.

-¿Estás listo?

Retrocedió un paso y tragó grueso, sus manos empezaron a jugar nerviosas.

-B-Bueno... E-estoy algo ocupado, he estado pensando en nuevas ideas para mis vídeos... Y-y...

-Son las diez de la noche... ¿Por qué no dejas de trabajar un rato?

Me saqué la polera y la dejé en el escritorio. Danny terminó de retroceder para chocar con la pared y dejarse caer, quedando sentado, se tapó la boca con su mano hecha puño y me dejó de mirar.

Me acerqué a él y lo tomé estilo princesa, de inmediato sentí como se tensaba, caminé hacia la cama y lo dejé acostado, me posé sobre él un tanto inclinado.

-Deberías relajarte.

-¡S-sabes que no puedo!... Y menos si estás... S-sin polera...

Se tapó el rostro. Ok, en estos momentos me arrepentí un poco al hacer esto, es muy inocente para estas cosas.

-Danny... Es normal sentirse nervioso... No es nada del otro mundo.

-A ti... N-no te veo nervioso... Es como si supieras manejar todo esto, te ves tan calmado... E-eso hace que me altere un poco.

No dije nada, en parte tenía razón, no muestro cuando estoy nervioso, pero no significa que nada me pone nervioso. Lo miré a los ojos, tomé su mano y la puse en mi pecho, de modo que él sintiera mis latidos.

-Mis latidos van tan rápido como los tuyos, con la diferencia que yo no lo demuestro.

Él me miraba sorprendido. Solté su mano y la dejó caer.

-Mira, no te obligaré a nada si no quieres, pero al menos dejame dormir contigo esta noche también.

Estuvo un rato en silencio, como pensando la respuesta, mientras miraba su rostro un tanto teñido de rojo.

-D-de acuerdo... Pero, s-sé gentil...

Abrí más mis ojos, sorprendido por la respuesta, parpadee un par de veces, como si no fuera lo que en verdad dijo.

-¿Qué?, ¿estás seguro?... Porque una vez que empiece no podré parar.

-N-no del todo... Pero adelante...

Cerró sus ojos, después de un segundo los apretó y frunció el ceño un poco, luego abrió un poco uno de sus ojos y me miró.

-¿Q-qué no harás nada?

-¿Ya te dije que te amo?

-Ahh, s-sí, ¿Por q...?

Lo callé con un beso, tomé sus muñecas y las puse alrededor de su cabeza, el beso cada vez era más profundo.

Me separé y fui bajando hasta su cuello, que lamia y besaba.

-Me gusta tu aroma.

-¿Gracias?... Supongo.

Besándolo bajé una de mis manos, la introduje y empecé a jugar con uno de sus pezones, soltó un pequeño gemido, estaba dispuesto a sacarle la polera.

-A-ahm... ¿Podría dejarmela puesta? E-es que...

Me quedé mirándolo, mas no dijo nada, dejándome confundido.

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