Cap. 4

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Narra Danny:

Narra Carlos:

Al llegar a casa me sentía molesto, pero no entiendo por qué. Fui directo a mi habitación y me encerré, dando un portazo detrás de mi.

No sabía por qué estaba molesto, tenía ganas de destruir algo.

Unos minutos después llaman a mi puerta.

-¿C-Carlos?...

Abrió la puerta lento.

-¿Te encuentras bien?

No lo pensé dos veces, mas bien, no estaba pensando con claridad. Me levanté, caminé hacia Danny, lo tomé por las muñecas y lo pegué en la muralla mirándolo fijamente.

En él sólo apareció un rubor de oreja a oreja, y sin más, lo besé.

Narra Danny:

¿Estoy soñando o esto es real?, ¡mi hermano me está besando!, aún que no se por que, ¿a-acaso...?

-Danny, ¿tu me amas?

-¿E-eh?

¿A que se debía esa pregunta tan directa?, no puedo con esto, estoy demasiado nervioso, más, si me mira muy fijamente.

Me desperté de golpe, ¿que había sido eso?

Toqué mis labios, recordando aquel beso, ¿por que soñé que mi hermano me besaba?, que yo recuerde el nunca dijo que me amaba... D-de momento.

Saqué las mantas de encima mío y estaba dispuesto a ir al baño, cuando siento algo en mi parte baja...

-¿Q-que...?

¡¿Estaba erecto?!... ¿Acaso por el sueño?... ¡Bah!, da lo mismo, lo importante es... ¡¿Como voy a librarme de esto sin que Carlos se de cuenta?!

Podría ir al baño, pero para eso tendría que atravesar el cuarto de mi hermano, y la cocina, ¡dios, que pesadilla!

Tomé un cojín, para tapar... Eso... De modo que no se note que lo tapo. Aún que me cuesta mucho caminar con eso, es incómodo, además que el cojín... Roza...

Abrí la puerta de mi cuarto y camine lo más normal posible, mire el cuarto de mi hermano, la puerta estaba abierta y el no estaba... Significa que está en la cocina, lo cual será difícil que no me vea... Estoy perdido.

Caminé, lo más sigilosamente posible. Pasé la cocina, bien.

-Hey Danny, ¿por que caminas como si tuvieras yesos en las piernas?

Mierda... Mierda, mierda, mierda y más mierda. Tragué grueso.

-A-ahhh... ¿Voy...  A-al baño?

-¿Con un cojín?, hombre, estas bastante gradesito ya... Pero es tierno.

Vi que sonrió de lado, lo que por alguna razón, hizo que me moviera levemente de cuerpo completo.

-¿Estás bien?, te noto muy tenso.

-N-no... No es... -otro movimiento- ...N-nada.

Narra Carlos:

-Anda hombre, ve al baño antes de que explotes.

Me reí un poco. La verdad, desde que Danny se me confesó, pensé que como ya lo sabia podría hablar con naturalidad, pero al parecer me equivoqué, sigue igual, pero es tierno.

Y desde que empezó a actuar así, me parecía tierno y besable, ¿me estaré enamorando?

Anoche soñé que lo besaba, ¿significara algo?, o que se yo, me estaré volviendo loco tal vez.

Pero, ¿por que iba con un cojín en la mano... Justo... "Ahí"?

Mejor le preguntó por el desayuno. Caminé hacia el baño.

-Oye Danny, ¿que quie... -la puerta del baño estaba semi-abierta y mi hermano ya no se tapaba con el cojín- Estás erecto...

Dije mirando "eso", Danny no decía nada, estaba ahí quieto con un sonrojo en su rostro, hasta que reaccionó, me cerró la puerta en la cara.

-¡N-no mires! -dijo alterado.

Narra Danny:

Diablos, Carlos terminó descubriendome, ¿ahora que hago?

Me podría dar una ducha fría y esperar a que baje sólo, si, eso haré. Me metí a la ducha y dejé que el agua fría hiciera su trabajo.

Al terminar, fui a mi cuarto y me vestí, para luego ir a la cocina para desayunar.

-Perdón, no sabía que estabas erecto -dijo aguantando la risa-.

-¡C-callate!... E-es vergonzoso.

Sentía un ardor en mis mejillas y mi corazón latir rápido. Escuché como Carlos estallaba en risas.

-Ya Danny, tranquilo, no es nada del otro mundo -dijo más calmado- aunque me pudiste pedir ayuda.

Me dedicó una sonrisa coqueta mientras alzaba sus cejas.

-¡¿Q-que?! -me había sorprendido su comentario, demasiado a decir verdad, sentí una carcajada de su parte-.

-Sólo bromeo... Ya bueno, ¿que quieres de desayuno?

-A-ahm... L-lo que sea está bien.

-De acuerdo.

Nos sentamos a comer, estaba todo en silencio, hasta que él lo rompió.

-Danny, ¿te puedo preguntar algo?

Me miraba serio, cuando Carlos se ponía serio al hacer preguntas, era por que realmente le interesaba la respuesta.

-Ah... Si si, dime -traté de sonar lo menos nervioso posible-.

-¿Alguna vez te han dicho que te aman?

-¿C-como?

Carlos me miraba directo, se levantó de su asiento y quedó a centímetros de mi rostro, un sonrojo se hizo presente en mis mejillas.

-Por que yo lo hago.



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