Cap. 1

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Narra Danny:

Ahora que terminé de editar mi vídeo, puedo ir por algo de comer. Me levanté de mi silla y fui a la cocina, ya en esta pude notar que había una nota en la mesa.

Danny, fui al mercado por algo de comer porque no había nada en la nevera, esperame. Carlos.

Genial, ahora tendré que esperar a Carlos.

Carlos...

Desperté de mi trance, noté mis mejillas rojas y mi corazón latir más fuerte de lo normal. ¿Por que demonios me ocurrió eso?

De pronto, sentí como la puerta de la casa se cerraba, seguro era Carlos, y por alguna razón aumentaron mis nervios.

La figura de Carlos no tardó en aparecer por la cocina, se quedó mirándome un poco confundido.

-¿Y a ti que te pasa? -dijo colocando las bolsas en la mesa-.

-N-nada... ¿Por que preguntas?

Se acercó un poco a mi y empezó a tocar mi mejilla.

-Estás todo rojo, ¿no tendrás fiebre?

-N-no, estoy bien... Y-ya me voy.

Salí casi corriendo hacia mi habitación, mi respiración estaba entre cortada y mi corazón latía como a mil por hora.

¿Por que me puse así tan solo pensar en mí hermano?, ¿eso es normal siquiera?

Me senté en mi sofá, me tapé el rostro con las manos y me traté de tranquilizar.

Narra Carlos:

Ya le dejo una nota a Danny, iré a a comprar rápido, estoy muerto de hambre.

Dejé la nota en la mesa y salí de la casa.

Al pasar por el parque note como estaba medio vacío, me pareció un poco extraño ya que ahí siempre hay niños jugando, traté de ignorarlo y seguí mi camino al mercado.

Al llegar, tomo un canasto y lo lleno con cosas para comer, en especial, una pizza, para comer con Danny.

Paso todo por la caja, pago, y me regreso a casa, esta ves no miro el parque, estaba algo cansado.

Cuando entro, cierro la puerta y paso directo a la cocina.

Ahí me encuentro a Danny, mirando la nada con toda la cara roja, lo miro algo confundido.

-¿Y a ti que te pasa? -dejo las bolas sobre la mesa, para quedarme de frente-.

-N-nada... ¿Por que preguntas?

Se le veía nervioso, me acerqué un poco a él y le tomé la mejilla, estaba hirviendo.

-Estás todo rojo, ¿no tendrás fiebre?

-N-no, estoy bien... Y-ya me voy.

Y salió disparado de la cocina, ¿por que se puso así?

Como sea, mejor preparo la comida o seguiré muerto de hambre.

Al tener todo listo, voy hacia la habitación de Danny para avisar, al abrir la puerta, lo veo sentado tapándose el rostro como si estuviera pensando en algo.

-¿Danny?

Veo que se sobre salta poniéndose de pie, al fijarse que soy yo, me mira con timidez y luego baja la mirada.

-La comida está lista, ¿ocurre algo?

Niega con la cabeza y pasa un lado mío hacia la cocina, sin despegar su mirada del suelo.

Lo sigo por detrás y ambos nos sentamos en la mesa. En ningún momento cambio su mirada tímida, incluso cuando me pedía cosas lo decía casi susurrando.

Yo se que el es tímido, pero con la demás gente, nunca lo había sido conmigo, hasta ahora. ¿Qué le estará ocurriendo?

-C-con permiso.

Veo que se levanta de la mesa y camina fuera de la cocina.

Yo me levando para dejar todo en el lavadero, ya lavaría mañana. Camino a mi habitación, no sin antes pasar a ver a Danny, abro su puerta y veo que está en su celular.

Narra Danny:

A ver si usando el celular me despejo un poco. Me metí a instagram, cuando escucho mi puerta abrirse.

Apago el celular, miro que es Carlos y luego bajo la mirada como hice antes. La verdad no se porque me estoy comportando así con Carlos, es primera vez que me comporto tímido con él, es como si el mismo me intimidara.

-Danny -se sentó a mi lado- te noto extraño, ¿seguro que estás bien? 

No sabia si responder o no, ni yo se que es lo que me ocurre con Carlos, sólo me encoji de hombros, le hice una mirada rápida y la bajé hacia mis manos, que jugaban nerviosas.

-Bueno, tu sabes que puedes contarme lo que sea, ¿quieres?

Lo pensé un rato, y la verdad, si no se lo que me pasa, no sabría que decirle.

-Preferiría que no -dije susurrando un poco más alto para que me pudiera escuchar-.

-De acuerdo, pero sabes que si te necesitas desahogar puedes contar conmigo.

Yo asentí, pensé que después se iría, pero sentí una mano pasar por mi mejilla hasta mi cuello, sentí un escalofrío al contacto de su mano. Mi corazón se aceleró una ves mas, mis mejillas se habían sonrojado, seguro él ya me vio todo rojo, que vergüenza.

Lo miré, el me dedicó una sonrisa. Yo la devolví pero más disimulada, como si no quisiera que la viera.

Besó mi mejilla, luego se levantó del sofá, dejándome nuevamente sólo en mi habitación.

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