Jueves 15, marzo.

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Querido David:

Hoy luces radiante, y me da tanto gusto. Llegaste con una sonrisa plasmada en tus labios y comenzaste la clase con entusiasmo. Yo también estoy feliz, hoy vi a Ivonne con su NOVIO, tiene NOVIO, ¡estoy tan feliz que quiero gritar!
Comenzaste a hablar de las ramificaciones de la aorta hacía craneal, y aunque no entendí nada, ame esta clase.
Al finalizar elegiste a dos parejas para hacer un ejercicio y le pediste a cuatro de los miembros de mi equipo que pasarán, todo el rato me miraste, estudiando mi reacción. Es importante decirlo, ellos no me importan.
Hoy te acercaste a preguntarme si me había gustado la clase optativa, hice varias bromas estúpidas y tú sólo me dedicaste una sonrisa, con mucha paciencia. Entonces me hiciste preguntas sobre el último tema que vimos y yo te conteste lo mejor que pude, logrando que negarás con la cabeza mientras sonreías. Te pregunté qué temas vendrían en el examen y tú me preguntaste por mis amigas de primer semestre, te conté que tuve problemas con una de ellas y me pediste detalles. Intente abreviar la historia mientras tu tratabas de ubicarla. Te dije que luego te la enseñaría y sonreíste. 
Dioses, amo tanto tu sonrisa.
Un chico de las filas de atrás llamó tu atención preguntando por un tema de la optativa, comenzaste a hablar con él pero continuaste cerca de mi. Moviéndote alrededor de mi fila, dedicándome sonrisas. El chico te preguntó algo más y dijiste que nosotros armaremos tu temario de trabajo, me dedicaste una sonrisa demasiado entusiasta al decir eso. 

Te devolví la sonrisa con tanto amor como pude. 

Me sorprende lo mucho que me gustas, tu sonrisa, tus ojos, todo de ti es perfecto para mi. 

Yo

Entre nosotros, todo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora