A la noche, Dean me dijo varias veces de irnos pero yo me negué. No pensaba irme hasta terminar con lo que pasaba ahí.
Al día siguiente, decidimos, teniendo en cuenta toda la investigación que Sam había hecho por nosotros, que de ser un hechizo el más probable de ser el brujo era el director del hotel. Necesitábamos investigar su despacho pero casi nunca salía de ahí por lo que había que crear una distracción.
Le seguimos hasta el bar cuando se suponía que era su descanso de la noche. Dean dijo que él lo distraería mientras yo iba al despacho. Le miré de arriba a abajo y dije:
-¿Tú? Déjame a mí lo de la distracción.-Dije desabrochando dos botones de mi camisa.
-Ni de coña.
-¿Ahora quién es el celoso?
-No es eso, es que nosotros somos... ya sabes.
-¿Qué somos, Dean?
-Ese hombre es peligroso.
-Y después de lo de ayer, yo también.
Me moví el pelo hacia un lado y me dirigí hacia el director. Me senté en la banqueta de al lado suya y me pedí un vaso de agua. El director no dejaba de mirar mis tetas así que le dije con la mejor voz que pude poner para esa ocasión:
-Hola.-Dije con una sonrisa estúpida.
-Hola, guapa.-Dijo aún sin mirarme a los ojos.
Le hice una señal por la espalda a Dean para que se fuera.
-¿Cómo es que una chica como tú está sola?
-Bueno, ahora ya no estoy sola, ¿no?
-Desde luego que no.
La verdad es que ese hombre era como un pulpo. Se pegaba a mí todo lo que podía, me rodeaba con su brazo e intentaba besarme siempre que podía. En una de estas Dean me llamó, dije que era una llamada urgente y que enseguida volvía. Cogí el teléfono mientras salía a la puerta y le dije:
-¿Qué pasa?
-Nada. Aún no he encontrado nada, solo quería saber si estabas bien. Como te haga algo...
-Dean, uno, soy mayorcita, y dos, tengo que seducirle.
-Si, pero no demasiado.
-Adiós, Dean.
Volví a la barra y vi que estaba pagando. Me volví a sentar, le toqué la pierna desde la rodilla hacia arriba suavemente y le dije:
-¿Te vas ya?
-He pensado que podríamos seguir la fiesta en mi despacho.
-Buena idea.
Mientras subíamos le mandé un montón de mensajes a Dean para que saliera de ahí y recé porque los leyera a tiempo.
Al llegar no me pareció ver a Dean por lo que suspiré aliviada. De pronto, el director empezó a desabrochar su camisa y a intentar desabrochar la mía. Yo le paré y le dije que me tenía que ir. Él no me dejaba en paz y empezaba a ser brusco. Ví como Dean aparecía del pasillo cabreado. Antes de darle tiempo a hacer nada, le rompí una mano al director, le di una patada en sus partes bajas y lo dejé inconsciente. Dean se acercó corriendo y le dije:
-No necesito ningún héroe que venga corriendo a salvarme.
-Ya lo veo.
-¿Has encontrado algo?
-Sí, definitivamente él es el brujo pero no he encontrado ningún hechizo sobre el edificio.
-Vale, ayúdame.-Dije intentando levantar al director del suelo.
-¿Qué vas a hacer?
-Tu ayúdame.
Lo atamos a una silla y esperamos a que se despertara. Empezó a abrir los ojos y Dean le dijo:
-Sabemos lo que eres, quita el hechizo, haz parar los suicidios.
-¿De qué hablas?-Dijo confundido.
-A ver, escúchame atentamente.-Dije poniéndome justo enfrente suyo.-Sabemos que eres un brujo y que este sitio está hechizado así que, o lo cierras permanentemente, o te dejo estéril permanentemente.
-Puta.-Dijo con voz de desprecio.
Dean se puso a la defensiva, le paré. Apreté y retorcí un poco las partes bajas del director y dije:
-Repite lo que has dicho.
-Vale, vale, lo cerraré.
-Gracias.-Dije apartandome y sonriendo.- Ves que fácil era. Vámonos, Dean.
Según nos íbamos del spa Dean me dijo:
-¿Sabes alguna otra amenaza aparte de esa?
-Para chicos, no, pero nunca falla.-Dije con una sonrisa.
-Tu mente me perturba.
-Lo sé.-Dije con una amplia sonrisa.
-Oye, sobre lo de antes de lo que somos...-Dijo parándose ya que ya habíamos llegado a dónde estaba el Impala aparcado.
-¿Sí?
-¿Qué somos?
-Dímelo tú.
-Quiero que seas solo mía y yo solo tuyo.
-¿Y las camareras?
-Ni las he mirado, solo tengo ojos para tí.
Le di un beso y sonreí.
-¿Pareja oficialmente?
-Pareja oficialmente.
Nos quedamos besándonos al lado del Impala.
Al cabo de un rato le dije a Dean:
-¿Y si seguimos en el coche?
Sonrió con deseo y entramos en la parte trasera del coche. Él se puso encima mía y empezamos a quitarnos nuestra ropa.
Cuando terminamos nos dirigimos al Búnker y me fijé en que habíamos dejado la huella de nuestras manos en el cristal.
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Dean y tu (Una vida desconocida)
Fanfic*Saving People, hunting things, the family business * Qué pasa cuando tienes una historia incomprensible hasta que te encuentras con dos hermanos que parecen saber mucho sobre el mundo supernatural. (Los personajes y lo sacado de la serie no me p...