Capítulo 13: Efectos Secundarios

604 34 5
                                    

Me levanté e hice la rutina de todos los dias:  despertarme, ducharme, vestirme e ir a desayunar.

Llegué a la cocina y me encontré a Jack en delantal, sirviendo tortitas a Dean. Me miró con una sonrisa y dijo:

-He aprendido a hacer tortitas, ¿quieres?

-Nunca rechazo unas tortitas.-Dije riendo y sentándome enfrente de Dean.

-¿Qué tal has dormido?-Dijo acariciandome una mano mientras nuestras piernas no paraban de tocarse.

-Bastante bien, ¿y tu?

-Deseando estar contigo de nuevo.

Nos dimos un beso suave y duradero. Jack se dio cuenta de que ya no pintaba mucho ahí por lo que se fue.

Empezamos a besarnos más. Dean apartó su plato, se levantó y se acercó a mi para estar más cómodos. Aparté todo lo de la mesa y le mire de manera pilla. Él comprendió lo que yo insinuaba y me levantó para sentarme en la mesa. Rodeé su cintura con mis piernas y empezamos a besarnos de manera mucho más apasionada. Nuestros labios de vez en cuando se desviaban también al cuello dejando marcas que más tarde veríamos.

Seguimos besandonos, y estábamos a punto de empezar a quitarnos la ropa cuando oí a Sam decir:

-Jack, tápate los ojos.

Nos separamos, les miré y vi que Sam tenía su mano tapando los ojos de Jack.

Me puse colorada y Dean puso cara de frustración y dijo:

-¿Qué hacéis aquí?

- Jack quería que probase sus tortitas.

Intenté dejar el tema de lado por lo que pregunté:

-¿Hoy tenemos algún caso?

- No, hoy vas a intentar activar tus poderes.

- Vale.-Dije rodando los ojos

Antes de empezar, me dirigí al baño para taparme el chupetón con maquillaje. De pronto vi a Dean en el espejo y su marca que tenía  en el cuello como la mía. Me miró y dijo:

-¿Te lo tapas?

-Si, no es algo que me guste ir mostrando.

-Yo estoy tan feliz que voy a dejar que todo el mundo lo vea.

-No tienes como tapártelo, ¿a que no?

-No.

-Toma.-Dije dándole mi bote de maquillaje.

Lo miró como si fuera un rompecabezas y le dije:

-¿Quieres que te lo tape yo?

Él asintió.

Cuando terminé fuimos a la sala principal con los demás.

Lo primero que me hicieron intentar hacer fue levantar un lápiz con mis poderes. Al cabo de media hora suspiré desesperada:

-Me rindo, no puedo ni levantar un lápiz.

-Tenemos que buscar otra manera.

-Chicos, se me ha ocurrido algo. Dijisteis que los activaría en un momento de necesidad, ¿no?-Asintieron- Levantar un lápiz no es precisamente de vida o muerte, así que tendré que sufrir alguna de esas situaciones.

Los cuatro se miraron y Dean dijo:

-Ya pensaremos cómo hacer eso.

Empecé a tiritar y a sentirme mal.

-Encender la calefacción.

-¿Estas bien?-Dijo Dean poniendo su mano en mi frente.-Estás ardiendo.

-No me encuentro bien.-Dije sudando.

-Ven, túmbate un rato.-Dijo Dean acompañándome a mi cuarto mientras me rodeaba con su brazo e intentaba darme calor.

Llegué a la cama y me pusieron el termómetro. Tenía mucha fiebre y ni Cas ni Jack conseguían curarmela. Al final, Sam tuvo que ir a una farmacia a por medicamentos para bajarme la fiebre, mientras Dean me fue poniendo paños con agua fría. Cas y Jack, al mismo tiempo, trataban de averiguar qué pasaba y cómo pararlo. No consiguieron nada.

A los 15 minutos Sam vino con la medicina y me la tomé de golpe como si fuera un chupito. Me bajó la fiebre y acabé quedándome dormida. Los demás estuvieron hablando:

-Tenemos que ayudarla.-Dijo Dean preocupado.

-Hacemos todo lo que podemos.-Dijo Cas intentando animarle.

-Pues no es suficiente.-Contestó Dean cabreado.

-Dean, no podemos hacer nada más por el momento.-Le recordó Sam.

-Bueno, pues tenemos que pensar algo más que hacer. Miradla, está pálida y enferma. La he traído y venía prácticamente arrastrándose y odio verla así.

-Lo sabemos.

Al cabo de un rato me desperté y vi a Dean delante mía en una silla y rezando en voz baja:

-Chuck… Dios… Lo que sea, ayudala, es tu hija, ten compasión, por favor, ella necesita y merece ser salvada. Por una vez no dejes que alguien de nuestra familia muera.

Sonreí un poco al oír aquello y ni me molesté en fingir que me acababa de despertar:

-Hola.-Dije sin apartar la vista de él.

-Hola, ¿cómo te encuentras? -Dijo acercándose a mí y poniéndose de rodillas frente a la cama.

-Mejor, ¿y tu?

-Lo has oído, ¿no?

Asentí con una sonrisa:

-No sabía que Dios se llamaba Chuck.

-Es una larga historia, algún día te la contaré.

-Gracias por rezar por mí pero creo que no le importo demasiado a mi padre.

-No digas eso, él te convirtió en humana para protegerte.

-Oh venga, no lo defiendas, que yo sepa tú no crees demasiado en las buenas acciones de Dios.

-Touché

Seguimos hablando durante un rato y luego vinieron los demás para ver como estaba. Cas me dijo que ya no tenía fiebre y que gracias al jarabe me había curado. Yo la verdad, es que me encontraba muchísimo mejor y me sentía como nueva, así que al día siguiente salí de la habitación con una de mis mochilas.

Dean y tu (Una vida desconocida)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora