—¿Este sábado dices?
—Sí. —Arrugó su frente dudando.
—Es el cumpleaños de Jack.
—Me suena, pero no logro...
—Mi amigo. Ha venido unas cuantas veces.
—Ya lo pillé.—Bloqueó su teléfono y me observó con una seriedad que no estaba acostumbrado a ver en ella.— ¿Qué harás? ¡Será buenísimo!— Aseguró—Además, te servirá el dinero.
—Necesito pensarlo.
—Dame tu respuesta mañana.
Asentí, aunque yo creo que ya la sabía.
***
Después que Eve me llevara a casa y durmiera unas diez horas, me levanté a prepararle el desayuno a mi madre y a Lela. Revisé los ingredientes que había en casa, ya el café empezaba a desprender su exquisito olor.
—Buenos días caramelito.
—Buenos días Lela.—Dije sin observarla. Saqué unas zanahorias y las apilé sobre el mesón.
—Ah, buenos días para tí. — Volteé a verla confundido. Se encontraba frente al ventanal donde había un matero con un capullo a punto de salir. Le hablaba a sus prímulas. Son sus flores consentidas.
—Muy graciosa.—Le sonrío receloso. Ella se acerca y me da un enternecido beso en la frente y se retira de la cocina.
Empiezo a batir los huevos y el azúcar. Pongo música en mi teléfono para ambientar el lugar. Pongo dos sartenes y voy volcando la mezcla de a poco. Cuando terminé me ocupo de la mesa, que se vea ordenada y decorada sutilmente. Un florero acompañado de girasoles que tumbó el viento o quizá el perro de la vecina, Mora. Era hora de desayunar. Me acerco al tablero, toco el botón de campana y en menos de cinco minutos la mesa está ocupada con las personas más especiales en mi vida.
—¡Dios mío! —Mi mamá emite un sonido de sorpresa. —¡Esto está buenísimo!
—Concuerdo contigo. Es increíble esta receta.
—Gracias. Quería sorprenderlas un poco.— Era momento de decirles mis planes. —Jack tiene una chica. Le gusta mucho, eso creo. Ella le hará una fiesta este sábado, en realidad sus planes es hacer una partida de fútbol. Me pidió mi ayuda para ayudarla a organizar todo.
— ¿Jack y una chica? —Mi mamá me vio confusa y Lela para su tenedor a centímetros de su boca.
—Sí, al parecer, sólo es muy Jack para admitirlo.
— ¿Y la ayudaste? ¡Podría hacer la torta en forma de balón!
—Sería una genial idea, Lela. —Tomo un respiro para continuar narrando.—La biblioteca me ofrece también una oportunidad de ganar algo de dinero el sábado. Es una fiesta para recaudar fondos, parece que el dueño quiere remodelar el lugar.
—Oh.—Esta vez es mamá quien frena su tenedor y lo deja en el aire. Puedo ver como todas las emociones pasan por sus rostros y se que están uniendo todo. Se que me comprenden mejor que nadie. Aunque no sea nada grave la decisión ellas sabrán aconsejarme.
—Sería una genial idea cariño.
—Podrías asistir en la mañana al cumpleaños de Jack. En la tarde vas a la biblioteca.
—Creo que podría hacer eso.—No habia pensado en esa posibilidad. Quizás termine su celebración Jack en el "karaoteca", como le había llamado Eve.—Bueno, tengo que entregar unas cosas y luego saldré a ver a Mandi. Las quiero. —Me levanto y les doy un beso en la cabeza a ambas. Ellas me bendicen y sonríen en respuesta.
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La tormenta en Montserrat
Teen Fiction"Con su caos logró darme calma, aunque con ella la paz signifique peligro."