MALENA POV.
-Señorita Malena-Dice la secretaria de Ruggero-¿Le puede avisar a Ruggero que su padre lo está esperando en su oficina?
-¿Me ves cara de mensajera o de su representante?-Digo irónica-Ve ya mismo tu.
-Si, señorita-Comenta ella agachando la cabeza.
-Ash, inutil-Susurro, entre dientes.
Todos los empleados de esta empresa son inútiles, inservibles. No sirven para nada.
No pueden hacer nada solos que le están preguntando a su superior.
Si pudiera los correría a todos a la calle, conseguiría gente más eficiente.
Siento que un cuerpo choca con el mío, me giro y veo que es uno de los empleados.
-¿Por qué no te fijas por donde caminas imbécil?-Reprocho mirandolo con odio.
-Disculpe señorita, yo...
-¿Hay algún problema?-La voz de Ruggero se hace presente-¿Pasa algo?
-Hay Ruggero, yo no te lo quería decir... Pero este señor lleva días molestandome-Pongo mi mejor cara de tristeza.
-¿Que?-Dice, el mientras que yo me acerco a abrazarlo-¿Eso es verdad, Carlos?-Le pregunta al empleado.
-Señor, no...-Dice el negando.
-El me dice que soy una cabeza hueca, y que estoy contigo por qué eres uno de los dueños de la empresa-Lagrimas salen de mis ojos.
-Eso no es cierto-Niega el hombre.
-¡Estas despedido!-Exclama Ruggero-Recoge tus cosas y te marchas de la empresa-Dice señalando la puerta.
-Pero señor...yo no le dije nada a la señorita Malena.
-¡Mentiroso!-Le grito, llorando-Por favor has que se vaya, no quiero seguir viendolo.
-Ya, Carlos. Estas despedido vete-Vuelve a repetir Pasquarelli.
-Si, señor...-Espeta el, cabizbaja. Comenzando caminar a buscar sus pertenencias.
Eso le pasa a los que se cruzan en mi camino.
-Ya, mi amor, tranquila-Susurra, acariciando mi espalda-Si vuelve a suceder tienes que decírmelo enseguida.
-Si lo se-Digo limpiandome las lágrimas-Pero ahora me ire a un spa para pasar el mal rato este-Le dejo un corto beso en los labios, para salir de la empresa.
RUGGERO POV.
Me encontraba en mi oficina, después de que Malena se haya ido al spa.
Un momento de tranquilidad.
Bueno mi momento de tranquilidad no duró mucho, cuando escucho el ruido de la puerta abrirse.
-Señor Pasquarelli-Aparece por la puerta, mi secretaria-Lo buscan.
Ruedo los ojos.
-¿Quién, señorita secretaria?-Le pregunto levantándome de la silla.
-Ay ya-Dice una voz femenina-No hagamos tanto misterio-Acota la persona corriendo a la secretaria para entrar-Ya te puedes ir.
Karol.
-Retirate-Le digo a la secretaria-Bueno, veo que venís arrepentida-Suelto una risa.
-No seas idiota-Comenta ella, soltando su cartera en el suelo, y poniendo seguro en la puerta.
-¿Que haces?
-Callate-Dice acercándose a mi-No me hagas arrepentir de lo que voy a hacer.
-¿Que vas a hace...-No puedo continuar hablando por qué tengo sus labios ensima de los míos.
Pongo mis manos sobre su cintura, acercándola a mi.
Corto el beso, para dejar besos húmedos por su cuello.
-¿A qué viene esto, Karol?-Pregunto demientras que ella tira su cabeza hacia atrás.
-No hables-Dice poniendo su dedo sobre mis labios-Solo has tu trabajo.
Comienzo a desabotonar su camisa color canela, dejandome a la vida sus redondos senos.
-¿Sin sostén?-Le pregunto, mirándola.
-Mas comodo-Dice soltando una risa.
Me acuerdo exactamente cada parte de su cuerpo.
-Ahh, Ruggero-La escucho gemir.
Ella saca mi camisa, y desabrocha mi pantalón.
-Que desesperación, nena-Susurro en su oido. Y ella esbosa una sonrisa.
-Hace más de tres años que no me la pones, ¿Esperabas menos de mi?-Dice terminando de sacarme el pantalón.
Bajo el cierre de su falda, y se la saco de un tirón. Mis manos viajan hasta su culo, dandole un fuerte apretón que hace soltar un fuerte gemido de golpe.
Le quitó su última prenda, las bragas.
-Oh, Karol. Sigues poniéndome como siempre-Digo mirando su cuerpo desnudo.
El bulto en mis bóxers, hace presión para ser liberado. Karol lo nota al estar pegada a mi, y lleva las manos a el elástico.
Me dedica una mirada perversa, jugando con el elástico, como le encanta hacerme eso.
Estampa su boca con la mía, y baja mi última prenda de un tirón. Mi erección sale disparada como una flecha, para clavarse en la feminidad de Karol.
La giro, para dejarla contra la pared y hundirme en ella.
-¡Ah!-Grita, al sentirme dentro de ella, nuevamente.
Le doy fuertes embestidas, y ella comenzo a clavar sus uñas en mi espalda.
Nuestras lenguas comenzaron la tercera guerra mundial. Para acompañar el fuego que había entre nosotros.
-Karol...-Susurro, dejando varios chupetones en su cuello-Me encantas.
-Esto está mal, pero no me importa-Dice mordiendo el lóbulo de mi oreja.
Mis embestidas se vuelven más fuertes, para lograr que los dos nos corramos en un maravilloso orgasmo.
-Me encanta lo prohibido-Dice con una sensual voz.
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OMGGG DESPUÉS DE TRES AÑOS VOLVIERON A LO SUYO.
¿QUE LES PARECIÓ EL CAPÍTULO?
