KAROL POV.
Ya ha pasado una semana.
Y no he visto a Ruggero.
Directamente, el no quiere saber nada de mi. Me enteré que salió del hospital hace pocos días.
No lo pude ir a ver a su departamento, por qué está su novia.
De solo pensarlo, me hierve la sangre.
No la soporto. Me gustaría que se esfumará en el aire.
Veo que Axel, me trae el desayuno a la cama. Lo veo muy feliz. El nunca borrara esa sonrisa que tiene en su hermoso rostro.
-Good morning, love [Buenos días, amor]-Dice el, depositando un beso en mis labios-I prepared breakfast for you [Te prepare el desayuno] -El deposita una bandeja sobre mis piernas, cubiertas por la sábana.
La bandeja contenía, dos tazas de café, con unas tostadas con mantequilla de maní. Sabe perfectamente lo que me gusta...
-Gracias, Axel. Gracias por estos detalles de tu parte.
-No es nada, me gusta verte sonreír-En mi cara de forma una sonrisa, paso mi mano por su mejilla acariciándolo.
-Alex...
No puedo seguir con esto adelante...
-Dime-Dice el tomando una tostada, para empezar a comerla.
Siento que diciéndole esto le causare daño, pero más daño le causó que viva en el engaño.
-Debo... Debo decirte algo-Bajo mi mirada.
-Oye-Me dice el, levantando mi rostro-Sabes que puedes decirme lo que sea, siempre te escucharé.
-Es sobre nosotros-Comienzo-Siento que... no podemos seguir juntos...
-¿Que? ¿Por qué dices eso, Karol?
-Alex yo... Yo estoy enamorada de otra persona, que no sos vos-Desilucion hay en su rostro-No quería que siguieras pensando que todo está bien, yo sabiendo que esto no es justo para ninguno de los dos, y menos para vos.
-¿Que hice mal?-Pregunta el castaño-Dime que hice mal.
-Tu no hiciste nada mal, al contrario hiciste todo bien, la que hizo las cosas mal fui yo.
-Pero, Karol, yo te amo.
-Yo eso lo sé Alex, nunca dude de tu amor, sé que sientes muchas cosas por mi, te juro que yo en un momento también las sentí incluso antes de venir a Buenos Aires, yo sentía amor por vos pero volver aca... -Hago una pausa cerrando los ojos-Me trajo muchos recuerdos que son más fuertes que yo. Y no puedo hacer como que no le pasa nada.
-No te puedo obligar a que estés conmigo, eso es súper obvio-Comenta el soltando un suspiro.
-Alex, te mereces una mujer mejor que yo, eres un gran hombre-Le regalo una sonrisa, y el hace lo mismo-Pero cuando el amor se acaba por una de las partes la relación, ya no es la misma.
-Lo comprendo, yo hoy mismo sacaré un boleto para regresarme a New York, lo mejor es que me aleje.
-Yo te deseo toda la suerte del mundo allá, y donde estés-Saco la bandeja que tengo sobre las piernas, y me levanto para darle un abrazo-Gracias, por estar conmigo en momentos tan difíciles, gracias Alex.
-Hice lo que cualquier hombre habría hecho por ti, Karol.
Nos separamos, y se levanta de la cama.
-Comenzare a armar las maletas, ¿Te molesta si me quedo hasta que sea la hora de que el vuelo salga?
-No por supuesto que no... yo saldré y si no regresó para el momento que ya debas irte, te lo digo ahora, suerte con tu futuro.
••••
Me bajo de mi coche, cierro la puerta, y entro a la empresa.
Apoyo mis manos sobre el escritorio.
-¿Dónde está, Ruggero Pasquarelli?-Le pregunto, a la secretaria.
-Buenos días señorita, Sevilla, el señor Pasquarelli se encuentra en su oficina acaba de llegar.
Sin más me dirigí hacia el lugar, la secretaria me había dicho algo pero decidí ignorarla.
Mis tacones resonaban en el espacioso y silencioso pasillo.
Puse mi mano sobre la fría perilla, me arme de valor y la empuje para abrir la puerta.
Me encontré con un Ruggero concentrado en sus papeles, pero cuando escucho la puerta abrirse levanto la mirada.
-¿Que haces tú aquí?-Pregunto, frío.
-Quería saber cómo estabas... Me enteré que saliste del hospital hace unos días.
-Si y como verás estoy bien, gracias-Dice para volver su vista a los papeles.
-Quiero hablar contigo.
-Que pena, pero yo no.
-Me vas a escuchar quieras o no-Le exijo. El se levanta de golpe, y me mira seriamente.
-¿O que? ¿Que vas a hacer si no te quiero escuchar?-Me dice desafiante-Ya me quedo muy claro lo que me dijiste el otro día, ¿Te puedes ir?
-¡No!-Grito-Te quiero decir la verdad.
-¿Que verdad? ¿Que al final terminaste siendo como todas? Una cualquiera, una zo...-No lo dejo terminar, por qué estampó mi mano contra su mejilla.
-¡No te voy a permitir que me faltes al respeto!-Le grito de nuevo-No tienes ningún derecho.
Siento que el me agarra se la muñeca, fuertemente.
-¡Yo tampoco te voy a permitir que me vuelvas a poner una mano ensima!-Me grita de la misma manera.
-Ah-Me quejó de dolor-Duele, Ruggero me estás lastimando.
-¿Si? A mí me dolió más todo lo que me escupiste el otro día-Dice, para luego soltar mi muñeca, ya roja.
Me la tocó con mi otra mano, sontando un suspiro de dolor.
-Veo que es inútil intentar decirte realmente la verdad.
-Ya no me interesa, seguro es una bobada, como eres tan inmadura-Me reprocha el con odio.
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Uhhhhhh...
Los aires por aquí están tensos.
Ya Ruggero no quiere escuchar más a Karol.
¿Que creen que pasará?
