KAROL.
Me estába terminando de hacer unas ondas naturales con la risadora.
Y me pase un poco de máscara de pestañas, para terminar de arreglarme.
No me había producido mucho, tengo lo que suelo llevar usualmente.
Una camisa blanca con una falda color crema, y unos tacones negros.
Escucho unos golpes en la puerta, me levanto de la silla enfrente del tocador, y me dirigo hacia la puerta.
Tomo la perilla y tiro de ella.
Ahí estaba el, con una camisa azul, jeans grises rasgados, zapatos negros.
-Hola, Pasquarelli-Digo, en un tono seductor, y me acerco a darle un corto beso en los labios.
Tiene una colonia, mmmm, muy vanoril.
El cierra la puerta.
-Estas muy guapa-Me dice el, viendo mi atuendo.
-Gracias.
El comienza a observar el departamento, no había venido muchas veces aquí, prácticamente era la segunda vez que venia.
-¿Pedimos una pizza?-Le propongo y dirige su mirada hacia mi.
-Me parece muy buena idea, Karol-Dice el, acercándose a mi, saca su celular y marca un número-¿Hola pizzería?
-................................
-Quería encargarle una pizza.
-...............................
-Margarita.
Margarita, mi pizza favorita.
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-Es en el departamento número 75, hasta luego-Cuelga el teléfono.
-Bueno-Comienzo-Tu pagas la pizza, y yo... -me acerco al congelador y saco una botella-Compre champagne.
-Hmmmm, me gusta que ya estés preparada.
Le pasó la botella, y voy por dos copas. Escucho el ruido del corcho despegar de la botella.
El empieza a servir el champagne, en las copas de cristal, y nos sentamos en el sofá azul.
-¿Por qué brindamos?-Me pregunta.
-Por que está ocacion se repita-Digo sonriéndole, y chocamos las copas.
Comienzo a beber un poco del líquido, que hay en la copa, y la dejo sobre la mesa.
-Me gustaria saber que le inventaste a Malena, para venir.
-Reunión de negocios.
-¿Es tan ingenua para creerce eso?-Le pregunto riéndome.
-Bastante, pero lo mejor es que se lo creyó y ahora estoy aquí contigo.
-Me gusta como suena eso-Comento coqueto-Sigues siendo el mismo mentiroso que me gusta.
-¿Te gusto?-Pregunto, el sabía la respuesta pero le encanta que se lo diga.
-Me encantas-Digo mordiéndome el labio.
-No sabes cómo me pone que te muerdas el labio.
-A mi me gustaría que tú me lo mordieras-Digo poniéndome encima de su regazo-¿Que dices?
-Nena...
Susurra, para después unir su boca con la mia, en una guerra de lenguas, devorándome segundo a segundo.