Capítulo 4

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—Envidia de dónde —trató de preguntar sarcástica.

—De lo jodidamente hermosa que eres. La primera vez que te vi fuiste atractiva, te veías como un angel en un lugar que no debería de estar —me senté para verla mejor —Seamos realistas, no eres fea. Y esa no es la verdadera razón por la que estas aquí —sus ojos se cristalizaron.

—Imposible —cubrió su rostro —. Eres la primera que no se creé el cuento.

—Dije que no iba a obligarte —caminé hasta su cama. Me senté en una orilla.

—Me agradas —musitó entre una risa y sollozo.

Ahí estaba yo, de nuevo pensando en lo interesante que estaba siendo mi vida. Viendo a una chica llorar, escuchando el porqué de un paciente que está en un psiquiátrico. Cosas que le pasan a todos.

Mis pies se balancearon por la cama. Quería abrazarla, pero tampoco quería invadir su espacio personal.

—Mi madre —soltó de la nada —. Ambas sufrimos mucho por mi padre, mi madre está en el psiquiátrico de adultos, mientras que yo en el de jóvenes. Pensé que ella lo podría superar, pero no fue así. Desde que mi hermano murió a sangre fría por ese señor, ninguna volvió a ser igual. Cada vez que escucho la voz de mi madre volviéndose cada día más loca, las ganas de cortarme aumentan. Pero tengo que llamarla cada semana, una vez por lo menos, no quiero dejarla sola, no quiero que se sienta sola. Ambas entramos en una depresión crítica, por lo que nos necesitamos una a la otra.

Me miraba a los ojos.

Esa era la razón realmente, no había sido como la anterior, que mientras lo contaba movía su pie incontables veces. No sabía que decir, mi madre a pesar de ser muy protectora, se mantuvo de pie para criarme sola. 

Mi historia ni por mucho es más dolorosa que la se ella, la mía ni llegaría a llamarse historia oscura.

No tengo una.

—Sólo quiero morir y olvidarme de todo —levanté la mirada.

—No puedes hacerlo —musité.

—Claro que puedo. Este hospital de mierda ni te revisa, por lo que puedes conseguir una pistola y fin. Aquí acabo tú vida —me giré a la puerta.

—¿Realmente quieres morir en este lugar? —le cuestioné. Hubo un momento de silencio.

—No —respondió sin agregar nada más.

Suicide Love; cyn+kyw.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora