Capítulo 2

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—Esta será tú habitación —pude ver a una chica enrollada en una cobija —. No le prestes mucha atención.

Golpeó mi espalda y se marchó. Tiré mi mochila en una de las camas, en la única que estaba disponible para ser sinceros. La chica que parecía llorar me miró, pude ver sus ojos rojos e irritados. Era la misma del teléfono.

—¿Quieres que traiga agua o algo? —apesar de no tener nada que ver con su llanto, me parecería muy desconsiderado no hacer nada y sólo verla.

—Puerta —miré hacia donde indicó.

Me paré, suponía que quería que la cerrara.

—Gracias —ese gracias fue tan débil que pude sentir mi corazón contrairse.

Me senté en mi nueva cama. No puede evitar suspirar. Estaba en un psiquiátrico mirando la espalda de una chica llorando. No podía tener una vida más interesante que esta.

Me acosté, miré el techo de la habitación, no era blanco y no lástimaba la vista, más bien tenía un crema pastel, raro, pero era ese modo.

Giré mi cabeza hacia la derecha, pude ver ahora a la chica subiendo sus mangas dejando ver un yeso con sangre.

Se cortaba.

—¿Qué miras? —apesar de tener una voz dulce, podía intimidar sin piedad.

—Perdón, es sólo que... —miré sus ojos, daban mucha tristeza —. Nada, sólo lo siento.

Me giré por completo a la izquierda.

Miré la puerta, podían verse los pies de las personas pasando. Escuché como sollozó, al igual de como un objeto metálico se pasaba por la piel. Rápidamente me voltié a ver que pasaba, ahí estaba ella, cortado su piel sin imperfecciones a no ser por esos cortes.

Me levanté, no quería que siguiera, sus ojos y los mío se toparon.

—¿Qué haces? —preguntó al verme muy cerca en su cama.

Con delicadeza me acerqué a ella, su rostro.

—¿Por qué te cortas? ¿Eso te alivia? —con mi mano derecha le arrebaté la navaja.

Pude sentir su respiración subir y bajar más rápido de lo normal. Sin duda era una chica atractiva, ella no necesitaba estar aquí.

—Porque no duele más que mis problemas —sonreí vagamente, una respuesta tan común.

—O porque sólo quieres llamar la atención —pude ver una lágrima bajar por sus mejillas.

—No lo entiendes —me empujó.

—No creo que sea necesario que lo hagas, eres demasiado bonita como para hacerte esto —sus ojos me miraron de nuevo con ese aura de intimidación.

—¿Bonita? Esa palabra de porquería no está en mi diccionario —se encerró en el baño de la habitación.

Suicide Love; cyn+kyw.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora