Las apariencias no siempre son como parecen ser, detrás de una tierna y angelical sonrisa o una cautivadora mirada se puede ocultar el peor de los males, se pueden ocultar mil demonios, mil tormentas y mil tristezas. Y es que unos dulces ojos llenos...
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La muerte caminaba a rápidos pasos por aquel pueblo, día tras día, noche tras noche, era encontrada una nueva víctima en situaciones indescriptibles, era inimaginable pensar que un terrible asesino estuviese entre los conocidos pobladores de la localidad, era inimaginable pensar que un monstruo estuviese acabando con los sueños de muchos, matándolos sin piedad alguna, arrebatándoles su miserable vida.
Ninguno sobrevivía a las garras de aquel abominable ser, aquel que se escondía bajo una amable sonrisa y buenas acciones, nadie sabía quien podría ser el insaciable asesino, muchos apuntaban a una joven chica de cabellera rojiza, otros a un gigantesco ser de ojos azulados pero lo que nadie sabía es que no era un solo asesino, sino una familia completa unidas por un vínculo sangriento.
El amo de esta Familia Markus Straufellz, poseía diversos traumas que lo llevaban a cometer dichos crímenes, bajo esa sonrisa que muchos consideraban cálida, se ocultaba una enorme mentalidad retorcida cuyo único tranquilizante era la sangre humana.
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