IV

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Desde ese momento sus vidas cambiaron para siempre, ahora Phoebe recordaba con melancolía los días de completa felicidad y buenos tratos, recordaba cuando Markus la hacía feliz

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Desde ese momento sus vidas cambiaron para siempre, ahora Phoebe recordaba con melancolía los días de completa felicidad y buenos tratos, recordaba cuando Markus la hacía feliz.

La alegría de ambos de un momento a otro se vió truncada por un suceso ensordecedor, Phoebe Lancaster estaba esperando un hijo de otro hombre, en su vientre florecía un pequeño retoño producto de las brutales violaciones a las que era sometida por parte de Ferdinand Lacrouse día a día.

Phoebe le comentó a Markus la desprevenida noticia con grandes lágrimas en sus ojos buscando consuelo, una muestra de compasión, ella deseaba que él le comentase «Todo va a estar bien cariño, yo estaré a tu lado». Phoebe no esperaba aquella terrible reacción, no esperaba aquellos golpes llenos de tanto rencor.

Ella solo deseaba un abrazo, una mano de apoyo y un hombro de la cual llorar, no esperaba recibir aquella brutal agresión.

Golpeaba con desesperación todo su cuerpo y rostro haciéndola sufrir con vehemencia, aquel rostro que por unos efímeros meses estaba lleno de felicidad e inconmensurables sonrisas ahora estaba siendo reemplazado por una mirada perdida y labios ensangrentados, Phoebe sufría, mas sin embargo aceptaba que ella era la culpable de todos los hechos, no él.

Phoebe gritaba con miedo pidiendo auxilio pero todo estaba perdido, la bestia Strauffellz ya estaba despierta y resultaba casi imposible tranquilizar a un monstruo sediento de sangre y venganza porque, Markus Strauffellz se sentía traicionado.

Phoebe se culpabilizaba ante los hechos, con frecuencia quería convencerse a sí misma que ella era la única culpable de lo ocurrido y que debía pagar las consecuencias al respecto más sin embargo, a pesar de ser producto de un violación ella empezaba a adorar el embrión que se desarrollaba en su interior, se había convertido en su razón de ser y de vivir, sin conocerle ya le quería -aunque no le estuviese esperando-, aunque en sus planes no estaba esperar un hijo producto de la violencia recibida

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Un aire de desdicha golpeteaba lo que un día fue un hogar, la mirada dulce de Phoebe fue opacada por constantes llantos, sus sueños y ganas de vivir un mundo mejor fueron pisoteados sin compasión alguna, poco a poco la característica luz de Phoebe Lancaster fue apagada en su totalidad.

Aquella luz de la cual él se enamoró ya no estaba; fue sofocada sin remordimiento alguno, él mismo se encargó de apagar su brillo y luego preguntarse qué había sucedido con el.

Markus no aceptaba aquella situación, no quería tener un hijo que no fuese suyo por lo que con constancia amedrentaba el vientre de lo que un día fue la mujer de sus sueños, no toleraba que en su interior creciera otro ser sin su misma congeniedad sanguínea.

Vínculo Sangriento.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora