09

12K 961 163
                                    


Se quedo quieta, otra vez estaba tratando de escapar.
Y otra vez estaría siendo castigada por el. Se encontraba en la cocina, adentro de un mueble de la despensa en el cual ella entrara. Estaba de bolita, llevando sus rodillas al pecho, trataba de regular su respiración después de haber corrido por casi toda la casa.

Empezaba a tomar en serio la opción de matarlo.
Podría esperar el momento adecuado para atacarlo, tal vez cuando empiece a soñar, cuando la casa se llene de una oscuridad palpable, aparecer en su cuarto y...

¡CRACK!

Acuchillado, sacarle una uña, cortarle el cuello, desparramar sus vísceras.
Tenia un montón de ideas, solo para el.
El era el protagonista en todos los sueños perturbantes y macabros que ha estado teniendo estos últimos días.

Escucho los caros zapatos de su secuestrador acercarse al lugar en el que ella estaba escondida.

“ya me encontró”-fue lo que pensó cuando vio que la luz del exterior era tapada por una persona en especifico.
La puerta del mueble fue abierta bruscamente haciendo que la femenina se caiga de lado.
Estaba tirada en el piso, mirando hacia la luz, tan dramática como siempre.
Sintió como el enmascarado poso sus manos en sus axilas para luego alzara y acomodarla, tenia sus piernas extendidas a los costados de su cadera, su cabeza estaba apoyada en el hombro del masculino y este le agarraba de las piernas para que no se caiga.

Parecía una muñeca de trapo.
No se movía, no pestañas, solo miraba al frente con sus ojos vacíos y sin vida.

Como los de él.

Se le quedo mirando a su víctima, después de lo de ayer, no podía dejar de pensar en ella, bueno, siempre piensa en ella, pero ahora lo hace mas de lo normal.
Ella siempre invade sus pensamientos, siempre dice o hace algo que lo cautiva, que llama su atención y justamente, esas cosas que ella hace, la ponen en riesgo.

Porque el es un prisionero de las voces corruptas y enfermas que tiene el la cabeza. Ellas lo ven todo, dicen de todo y el lo tiene que cumplir.
Todo su mundo va entorno a ellas, lo vigilan, lo cuidan, lo amenazan y sobre todo, lo enferman más.

Lo destruyen internamente sin que el lo sospeche, sin que el se de cuenta de todas sus intenciones, sin esperar a que alguien más se desaga de él y del imperio que creó, de todo el miedo que propago en las personas.

La sujeto bien y empezó a caminar hacia el sótano, ella ya sabia lo que le esperaba; inyecciones que contenían algún tipo de sustancia viscosas y transparente.
La aguja era demasiado grande y siempre dejaba alguna herida abierta en su anatomía, era horrible.

La dejo en silla de hospital para luego amarrarla de manos y piernas, le encanta verla así. Vulnerable y accesible a el.
La examinó y miro fijamente, apoyo sus manos en los laterales de la camilla y se acerco a ella.

¿Que usaría esta vez?

No queria matarla, no queria hacerle mucho daño, pero necesitaba enseñarle una lección. Queria que supiera que de el nunca escaparía.
Tendría que cargar con los pecados de el también, ahora estaban unidos, enlazados, no podrán escapar del final que les espera.
Ambos sufrirán las consecuencias de sus actos, de sus pensamientos sucios y sin algún rayo de esperanza en cambiar.


[....]


Gritaba de dolor, agonizaba esperando que su secuestrador se apiedara de ella, se retorcía en la frialdad de las mantas que se empezaban a teñir de carmín, buscaba desesperadamente desatarse de las esposas de cuero.
Su cara estaba roja, solo gritaba y perdía el aire por culpa de sus gemidos de dolor, apenas volvía a inhalar y ya estaba expulsando todo en un desgarrador grito, su garganta ardía. Sus cuerdas vocales se estaban desgarrando.

Sentía como algo filudo pasaba por entre sus piernas, hasta que paro en un lugar determinado, lo vio. Y chillo del susto al ver que JK empezó a hundir el pedazo de metal en su cuerpo.

-¡YA PARA!-grito sintiéndose incapaz de poder resistir tanto sufrimiento-¡ME VAS A MATAR!- él no le hizo caso, siguió hundiendo la navaja en la piel ajena.

La miraba, le encantaba ver como se movía mientras la herida se hacia cada vez mas grande.
Un bulto empezó a crecer en sus pantalones.
Le encantaba verla sufrir.

ᴘsɪᴄᴏᴘᴀᴛíᴀ ·ᴋɪʟʟᴇʀ ᴊᴋ·Donde viven las historias. Descúbrelo ahora