Un partido

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El balón golpeo el arco, reboto regresando hacia mí... y me golpeo en la cara dejándome inconsciente

Para cuando lograron despertarme el partido ya había terminado. A consecuencia de mi fallo, Neil logro recuperar el balón y los dragones de papel ganaron el partido. La había cagado, si hubiese pasado el balón o si no me hubiera desconcentrado habría metido gol y habríamos ganado. Fui un idiota. No solo le había costado el campeonato a mi equipo... otra vez, sino que mi carrera como futbolista se había terminado. En los vestidores no escuchaba más que insultos de mis demás compañeros. Cuando mi padre entro, pensé que se desataría un huracán sobre mi pero no, mi padre simplemente me ignoro, les dio unas palabras de ánimo al equipo y se marcho sin siquiera dirigirme la mirada.

Estaba molesto, lo sabía, pero él no demostraría su ira frente al equipo. Todos volvimos al hotel y fue ahí, en la privacidad de nuestra habitación, cuando mi padre y yo pudimos hablar

-padre – lo llame tímidamente – yo en serio lo...

-¿tienes idea de lo que acabas de causar Chris? – Me interrumpió – tenias la portería libre frente a ti

-te juro que no se qué fue lo que me paso

-contéstame algo Chris. Cada cuando has visto a un jugador quedar inconsciente a causa de un balonazo ¡que él mismo se da!

-lo siento, nadie lo siente más que yo. Pero te juro que no volverá a pasar, voy a mejorar y la próxima vez...

-no Chris – me dijo en tono cortante – ya no habrá próxima vez. Ya has fallado mucho. No solo estas afectando al equipo, sino que también estas desprestigiando el apellido de la familia. Ya no pienso seguir aceptando tus decepciones. Estas fuera del equipo

No dije nada, no esperaba menos que eso. A pesar de lo molesto que estaba conmigo, mi padre fue amable y simplemente me expulso del equipo. Era lo justo, en toda mi vida no he hecho más que decepcionarlo. Ahora no quedaba de otra más que volver a nuestro país, pero el vuelo salía hasta dos días después así que teníamos que quedarnos aquí, algo que aprovecharíamos para conocer mejor este país ya que desde que llegamos no habíamos hecho más que concentrarnos en el campeonato. No podíamos darnos el lujo de pensar en otra cosa pero ahora que estábamos fuera ya no importaba

Mi padre se llevo al equipo a cenar a un lugar cercano para tratar de animarlos tras la derrota. Obviamente yo no fui para evitar más burlas y reclamos por parte del equipo. Me quede en el hotel, mire algo de televisión y después, al no tener nada que hacer, salí a caminar un rato para tratar de despejar mi mente. No me aleje mucho del hotel ya que no conocía la zona, pero a dos cuadras de ahí me encontré un lugar bastante peculiar que llamo mi atención. Un deportivo público.

Ya no era un futbolista, pero aun así me llamo la atención entrar a ese lugar. Era un deportivo muy interesante pero algo que realmente me sorprendió fue ver a los dragones de papel aquí. Esto tenía que ser una maldita broma. Lejos de estar celebrando su victoria, estaban practicando. Valla, eso sí que era entrega al deporte. Los estuve observando por un momento, con cuidado detrás de un pilar para que nadie me viera. Algo que note y que no podía dejar pasar era que algo faltaba. No podía ver a Neil por ningún lado. Supuse que le permitieron descansar ya que gracias a él habían ganado al haber metido los tres goles del partido.

Me sentí decepcionado al no verlo ahí, aunque no sé porqué, así que me dispuse a salir de ahí pero al darme la vuelta fui sorprendido por aquella persona que estaba buscando

-hola – me saludo – que gusto verte, me ahorraste la molestia de irte a buscar. Quería agradecerte por ayudarme a ganar el partido

Neil me había descubierto, estaba parado frente a mí sin la camisa y con el cuerpo mojado. Era a quien menos quería ver además de que estaba sumamente molesto con él. Aun así no pude evitar que el corazón se me acelerara al verlo