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Había encontrado una nueva afición. Era pésimo en el futbol, pero en el tenis era una maravilla, según las criticas de muchas personas que me vieron jugar. Me comberti en la pareja de juego de Martin y gane muchos juegos junto a él. Pase de ser "El que se noqueo con su propio balonazo" a "El azote de la raqueta" La abuela tenia razón, si bien los Arango habían preferido el futbol, éramos deportistas por naturaleza. Al fin había encontrado el deporte en el que era bueno y me encantaba. Inclusive invente mi propia técnica, "El disparo Chris"

Algunos especialistas me vieron jugar y les llamo la atención la manera en que hacía que la pelota saliera disparada al rebotar en el suelo. Según lo que ellos dijeron, cuando golpeaba la pelota con la raqueta, hacia un ligero movimiento hacia arriba lo cual provocaba que la pelota comenzara a girar, y al tocar el suelo, la inercia la hacia salir disparada. Era algo impresionante que no cualquiera que lo intento conseguía

En poco tiempo me había vuelto un campeón del tenis. Este deporte no es tan popular como el futbol, pero aun así tenia a sus aficionados. Me hice de algunos admiradores que grababan mis partidos. Uno de esos videos fue tomado por una prima que me vio jugar. El video se esparcio entre la familia y por ende, termino llegando a mi padre

Estaba a la mitad de un partido cuando lo vi llegar a la cancha y sentarse entre los aficionados. Al verlo aquí me sorprendi y me puse nervioso. Trate de no pensar en eso y segui con el juego. Cuando el partido termino me dispuse a irme a los vestidores para evitar a mi padre. Él quería que fuera jugador de futbol más que nada, tenia miedo de que estuviera molesto porque ahora jugaba tenis así que no quise tenerlo de frente. Pero el logro interceptarme para hablar conmigo

-Señor Arango... - le dije al tenerlo frente a mi. Le decía así porque le molestaba que lo llamara padre

-Chris – me respondió con ese rostro serio – ¿podemos hablar un momento?

-¿esta todo bien Chris? – me dijo Martin tomandome del hombro. El sabia lo que había pasado entre mi padre y yo, tambien había notado lo nervioso que estaba al notar su presencia aquí

-esta bien Martin – le dije tratando de no verme nervioso – adelántate

-ok, no tardes. Esta victoria hay que ir a celebrarla

Martin se fue a los vestidores dejándome ahí con mi padre. Él me pidió que lo acompañara a un lugar más privado para poder hablar, así lo hice y entramos en su auto donde pudimos decirnos nuestras cosas sin que nadie nos molestara. El ambiente estaba muy tenso dentro de ese auto, me disponía a decirle algo pero el comenso a hablar antes que yo

-aun estoy molesto contigo Chris – me dijo – Te dije que no te fueras, pero lo hisiste y mira lo que paso

-lo se – le dije inclinando la cabeza – debi haberte escuchado, debi seguir jugando futbol

-no Chris. De hecho hisiste bien en no escucharme

-¿eh? – no entendía lo que me decía

-Chris, eras sin lugar a dudas el peor jugador de futbol que ha salido de la familia. No has hecho mas que dar pena y decepcionarnos a todos. Pero eso puede ser mi culpa al tratar de convertirte en algo que no eres. Queria que siguieras la tradición familiar así como lo había hecho tu hermano. Cuando me di cuenta de lo malo que eras para esto me empeñe en mejorarte hasta el punto de obsesionarme con ello. Nunca quise aceptar que esto no era para ti. Quería que cuando los demás te vieran, vieran a un gran jugador y no a un idiota tras un balón

-lo siento si te decepcione, trate de dar mi mejor esfuerzo

-cuando me dijiste que te irías con ese chico, me moleste. No quería que fueras gay porque, cuando era un poco más joven que tu, tuve una mala experiencia con sierta persona

Un partidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora