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Baje las escaleras dejando a Carl a la puerta de nuestra habitación. Ya abajo me encontré con mi padre quien estaba sentado en el sofá de la sala junto a mi madre

-padre – le dije al verlo. Justo después Carl bajo también. Los tres estaban aquí y tenía que decirles que me iría

-Chris, acércate – no hice nada, me quede donde estaba – entiendo que estés molesto después de cómo te he tratado desde lo del campeonato, estaba molesto pero ya no importa. Y quisiera decirte que te daré otra oportunidad para demostrarle al mundo que la sangre de los Arango corre por tus venas. Estuve hablando con un amigo y él está dispuesto a aceptarte en su equipo, no es tan grande como los cuervos pero es algo

-¿quieres que vuelva a jugar?

-por supuesto que sí, solo que esta vez tendrás que esforzarte más. Tendrás que ir a otro estado pero no te preocupes, ya hable con tus tíos, ellos te dejaran quedarte en su casa. Además, la universidad está más cerca que aquí, así que empaca tus cosas que sales mañana mismo y espero, que esta vez no me decepciones

-¿Qué dices hijo? – Me pregunto mi madre - ¿quieres volver a intentarlo?

¿Esto era en serio? ¿Realmente estaba pasando? Después de tanto tiempo de tratos indiferentes y platicas por obligación, me dice que me enviara a otro estado para que siga jugando futbol, esto debe ser una jodida broma. Durante mucho tiempo, lo único que quería era ganarme la admiración de mi padre. Ahora, después de lo que paso en el campeonato, me estaba dando la oportunidad de poder lograrlo. Pero si aceptaba, eso conllevaría a no estar con Neil. El futbol no es lo mío, por más que lo intentara. Si me unía a otro equipo seguramente terminaría fallando otra vez y eso es algo que jamás cambiaria. Solo seguiría decepcionando más a mi padre. Y ahora, lo que más deseaba en el mundo era estar con Neil y ser feliz con él. No quería volver a jugar futbol otra vez

-lo siento – les respondí a ambos – pero ya no quiero jugar futbol

-perdona ¿escuche bien? – me pregunto mi padre

-soy un asco en el futbol – le respondí – lo único que he logrado con él es dar vergüenza y ya no quiero eso. Así que ya no pienso seguir practicándolo

-no digas tonterías, eres un Arango Chris, el futbol es tu destino

-el futbol no es mi destino, eso está más que claro y ambos lo sabemos

-¿y qué piensas hacer entonces? – Me pregunto molesto - ¿pasar todo el día en casa sin hacer nada?

-aun no estoy seguro, además de que... hay algo que les tengo que decir

-hijo no hagas molestar a tu padre y haz lo que te pide – me dijo mi mamá – te está dando otra oportunidad, tómala

-lo siento mamá, pero no puedo porque... voy a ir a otro lugar

-¿vas a salir?

-podrías explicarnos a donde iras – me dijo mi padre – Chris

Había llegado el momento, inhale profundo y les explique lo que paso con Neil, les explique que lo amaba y que planeaba ir a vivir con él. Se desato una tormenta en la sala de mi casa, mis padres no dejaban de gritarme mientras Carl solo observaba parado frente a la puerta de salida

-¡¿en qué carajo estas pensando Chris?! – Me gritaba mi padre – solo escucha las pendejadas que estás diciendo

-¿Cómo piensas irte así como así? – Me dijo mi madre - ¿y con otro hombre? Carl dile algo a tu hermano

-Chris ya tiene la edad para tomar sus propias decisiones – menciono Carl sin moverse de su lugar – yo no pienso entrometerme

Carl era una persona bastante responsable. El sabía lo que tenía planeado pero nunca lo menciono, esperó a que yo lo hiciera y ahora no quería involucrarse para no afectar mi decisión. Fuese lo que fuese que decidiera, el lo respetaría. Así era Carl, no se entromete en lo que no le afecta, pero aun así, es alguien con quien puedes contar

Un partidoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora