Resurgente (Fan Made Divergente)

Capítulo uno.

Hoy hace ya trece meses,nueve días y tres horas desde que Tris murió,recuerdo cuando contemplé a Tris en el suelo,tán fría y sin vida. Su pelo rubio estaba alborotado pero nadie le prestava atención a su pelo.

Aún no he superado lo suyo,soy una persona fuerte pero desde aquello caí en una profunda depresión.

Lo bueno esque Tris murió tranquila ya que no existen ni facciones,ni normas,Chicago ya no es lo de antes. Ahora es mucho más tranquila,la valla a desaparecido y ya no está Jeanine.

Alguien llama a mi puerta que es de madera firme y robusta.

-Ya va! informo.

Me pongo mi camiseta negra,la misma que le presté a Tris cuando durmiò en mi habitación de Osadía.

Todo aquello que miro o pienso me acuerdo de Tris.

Abro la puerta y es Evelyn,mi madre.

-Como estás hoy? pregunta. Suele venir una vez al día para animarme.

Trae una bolsita fabricada con cartón.

-Qué traes? pregunto arqueando mi ceja izquierda.

-Pastel de Osadía.Responde con una amplia sonrisa.

Miro hacía abajo y bajo el labio de abajo dejando ver mis dientes.

-Qué? pregunta.

Me froto la nuca y me muerdo el labio,después me siento.

-Mamá,me recuerda a Tris. Le digo. Hace ya trece meses que no como pastel de Osadía...Le recuerdo.

-Ah,claro. En qué estaría pensando...Me dice.

Me acerco a la cocina y cojo dos platos pequeños y cojo la tarta,el olor me llega a la nariz.

Evelyn se acerca y me toca la cara.

-Mamá,por qué te caia mal Tris? le pregunto.

-No me caia mal. Responde con cara de preocupación.

-Venga ya mamá...Mascullo.

-Por que no es fácil ver como tu hijo te cambia por otra mujer. Responde.

Me llevo a la boca la cucharilla y saboreo ese pastel que tán loco me vuelve.

-Debo irme. Me dice levantandose,me da un beso en la cara y después se va.

En ese momento llega Cristina.

-Eh! vamos a dar un paseo por la ciudad? pregunta.

La miro,ahora recuerdo cuándo la conocí que me pareció una vocazas de verdad. Ahora es mi mejor amiga.

-Algo mejor. Le digo.

-Te sigo. Me responde.

Salimos por la puerta y cojemos el ascensor que es plateado y con un espejo en el que Cristina se arregla el pelo. Arqueo una ceja y comienza a reirse.