El niño bonito

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Tiro de mi mano para comenzar a recorrer los largos pasillos, freno frente a una puerta que tenia como placa "Cuarto de limpieza".

—Lo primero que debes saber antes de sufrir traumas prematuros, es que no debes entras a esta puerta en hora de cases —susurro— Nunca.

—¿Por qué? —arqué una ceja, me indico que guardara silencio y pegara mi oido a la puerta con cuidado.

—¡Oh, si, Señor Roggers! —retiré mi oido con los ojos muy abiertos.

—¿Quién es el señor Roggers?

—El intendente —susurro— y la secretaria de la directora.

Mi boca formo una pequefla "o" mientras el asentia repetidas veces con una media sonrisa. Seguimos caminando un poco mas hasta que se detuvo frente a una ""X color rojo en el suelo.

—Yo te recomendaria que si no tienes muy buenos reflejos no pases por aqui, los del equipo de hockey se la pasan lanzando objetos desconocidos a cada persona que pasa por aqui. Por cierto, mi nombre es Martinus.

—¿Qué clase de objetos lanzan? —levante ambas cejas.

—Desde discos de hockey hasta condones usados —paso de largo hasta llegar a un bebedero color amarillo— ahora, esta cosa que ves aqui, es una malcriada.

—¿Le dices malcriada a un bebedero?

—Solo observa —apreto el botón pero el agua no salia, dejo de presionarlo y se separó rapidamente y segundos después un fuerte chorro de agua fue escupido desde el hoyo— enserio, no sabes cuantas veces tuve que cambiarme la ropa de lo mojada que quedaba.

Asenti viendo como atravesabamos las puertas de la escuela, salimos al jardin principal, señaló con su mano toda la zona casi recalcando lo hermosa que esta era.

—No creo que sea necesario mostrarte lo que hay dentro del instituto, hay un mapa justo aqui donde marca todas las zonas, aparte de que alla dentro todo es aburrido. Este es el patio principal, lindo ¿no? En las horas libres casi siempre esta lleno, ese arbol de alli es mi favorito, tiene una planta al lado que huele a jazmin.

Bajamos los escalones recorriendo un camino de cemento que llevaba hacia otra planta de color blanca, abrió la puerta dejandome pasar primero, al parecer era la cafetería, definitivamente era la cafetería. Estaba la barra donde servian la comida y muchas mesas de forma circular en diferentes partes de esta con bancas color azul marino.

—Supongo que no hace falta explicar esto, esa de allá —apunto una mesa al centro del comedor— es donde me suelo sentar siempre, la de alla es de porristas, suelen lanzar comida de sus platos a los menos afortunados en esta escuela —torcio los labios— no te recomiendo caminar por alli, no es que diga que eres desagradable.

—Pero...Mindy es especial. —¿Quién es Mindy?

—Pero no te metas con ella...—murmuro— es algo creída.

Salimos de nuevo, camino por un lado de los demas edificios, se detuvo frente a una fuente que por lo visto llevaba tiempo sin que le dieran mantenimiento, estaba sucia y con hierbas por algunas partes.

—Mis amigos y yo estamos arreglando esta cosa en las noches, ya hemos cambiado las bombas y mangueras, queremos llenarla de sangre falsa para la fiesta de halloween.

—¿Qué es eso? —señalé un gran arbol del cual descendia una cuerda, abajo habia flores y fotos.

—Oh, eso... —murmuro —una chica sufria acoso a niveles muy fuertes, un dia decidido colgarse y dejar una nota donde mencionaba los nombres de aquellas personas que le hacian daño diciendo que todo era su culpa. Dejaron la cuerda ahi por si alguien alguna vez pensaba acosar a alguien lo pensara dos veces antes de hacerlo.

Cliché | Marcus & MartinusDonde viven las historias. Descúbrelo ahora