Capítulo 30 "Maximus"

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Iba a ver a ___ cuando me tope con una multitud a las afueras del palacio. Dejaron de hablar en cuanto me vieron.

-¿Qué? ¡¿Por qué me miran así?!- Les grité furioso.

Miré hacia adelante, a lo lejos divise grandes nubes de humo saliendo de la zona Este.

-No... mamá...- Pronuncie para quitarme lo que me daba peso e irme corriendo a la velocidad que canta un rayo. Soy el más rápido de todo el pueblo no puedo llegar tarde, me repetía en la cabeza seguido de un «Debo ayudar a mamá, si le llega a pasar algo yo...»

Las llamas estaban rodeando la choza. Me apresure en cubrirme con mi capa y entrar de una patada a la casa.

-¡Mamá! ¡Mamá!- Le llamaba desesperado. Oí que estaba tosiendo. -¡Mamá!- volví a exclamar. Estaba tirada sobre el piso de la cocina. Con cuidado levanté su cuerpo frágil. Salimos a tiempo.

Una vez lejos del fuego dejé a mi madre cerca del arrollo.

-¿Qué pasó?- Pregunté lo más tranquilo posible.

-Quería dejarte listo el almuerzo y...- La tos la interrumpió.

-Joder... ¿Qué te dije sobre levantarte?-

-Hijo, está bien... Estoy vieja y cansada-

-¡Es por eso que debes descansar!- Ella sostuvo mi mano.

-No quiero morir postrada en esa pulgosa cama... Aunque sea una última vez quisiera ayudarte como en los viejos tiempos-

-Mamá... yo sé que quieres ayudarme... Pero ya haz hecho mucho por mi, es hora de que yo haga algo por ti- Suspire. -Las pixies te cuidaran- Dije mientras estas mini hadas colgaban de mi pelo.

-Max, ya apagamos el incendio, ven a jugar- Chillaban tirando de mi ropa

-Estoy cansado ¿Por qué no juegan con mi madre? Ella es mejor haciendo trencitas- Les dije y comenzaron a revolotear sobre mi mamá.

-Hijo, gracias- Me sonrió y yo le devolví el gesto.

Lastimosamente, aquello solo prospuso la muerte de mi madre, quien murió una semana después...

-¿Escuchaste? Esa mugrienta humana por fin ha muerto-

-¡Era peor qué eso! ¡Seguro que una horrible bruja!-

-¿Por qué los reyes se molestan en hacerle un ataúd si es solo polvo?-

-¡Ya basta! ¡Mi madre no es un trapo para limpiar sus sucias bocas!- Les grité e hice una pausa, tenía unas ganas tremendas de ponerme a llorar, sin embargo me tragué la tristeza transformandola en ira. -¿Ni si quiera en un día como este nos pueden dejar en paz? ¡Sí, soy mestizo! ¿Y qué? ¿Por qué les debe importar qué hago, quién es mi familia...? ¡Déjenos en paz por una vez!- estallé impotente. Nadie replicó, el silencio demostraba su estupidez.

Me escabulli en el bosque, buscando algún resto servible de la choza quemada. Al menos algunas ollas e instrumentos sobrevivieron. Debería construir un refugio, además el cielo pareciera que fuera a llorar.

Busqué hojas grandes y madera flexible. pero para mi mala suerte antes de que hiciera el techo comenzó a llover.

-Genial, lo que me faltaba ¿Y ahora qué? ¡¿Truenos?!- Me hubiera quedado callado porque justamente se vio un relámpago.

Me dejé caer rendido en el pasto húmedo. Igual no estaría mal convertirme en un champiñon.

Alguien posó su sombrilla sobre mi.

-¿Esperas a convertirte en un hongo? ¡Eso sería escandaloso! ¡Así cada vez que pasará robarias mi felicidad!-

-¡S-señor Ezarel!- Me levanté deprisa e hice una reverencia.

"A Través De Mis Sueños" (Ezarel X Ti X Nevra) [Terminada]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora