"A Través De Mis Sueños" (Ezarel X Ti X Nevra) [Terminada]

Capítulo 10 "El Arco y la flecha"

Hoy es mi día libre. No tenía la menor idea de que podría hacer, pero Miiko me había llamado para hablar.

Entré a la Sala del Cristal, la kitsune se encontraba sola.

-¿Me llamaste Miiko?-

-Sí, creo que para el lunes podrás ya ir a tu guardia definitivamente-

-¿En serio? Creí que iba a estar más tiempo en mi sección de prueba-

-Sí, también me sorprendió. Los resultados de tus informes son muy exactos-

-¿Puedo verlos?- Pregunté.

-No, no podrás hasta el lunes, aún me faltan los resultados del informe de Valkyon-

-Entiendo, gracias- Me retiré. Decidí ir a dar una caminata.

Estaba casi saliendo del C.G. cuando una voz me detuvo.

-___, que gusto encontrarte- Me dijo Leiftan con su expresión cálida.

-Oh, Leiftan, también es un gusto verte- Contesté imitando su tono. Sin embargo, el pareció sorprenderse de mis palabras.

-¿Sucede algo?- Pregunté extrañada.

-N-no, lo siento, acabo de recordar que tenía que hacer algo. Nos vemos ___, espero podamos vernos después- Se fue algo avergonzado. Bueno, a lo que iba. Salí al bosque.

Caminé hasta las profundidades, porque ahí se encontraba mi jardín. En cuanto me aproxime las hadas comemzaron a revolotear a mi alrededor.

-¡Amaltea!- Decían alegres.

-¡Ven, tienes que venir con nosotras!- Dijeron empujandome.

-Ya, ya voy- Dije riendo.

Me llevaron hasta el árbol que nació de la Kikyo. Las hadas estaban ahuecandolo.

-¿Qué están haciendo?- Pregunté.

-Pensamos que deberías sentirte como en casa, ya que también compartes parte humana ahora- Así que estaban haciendo una casa en el árbol.

-Gracias, en serio- Agradecí. Algún día vendría a vivir a aquí seguramente.

Las hadas seguían trabajando, dijeron que dentro de un año estaría listo.
Me dirigía al cuartel general, sin embargo, Ezarel apareció de la nada.

-...No pensé que estarías aquí...-

-Yo no creí que vendrías- Dije. Las hadas comenzaron a volar alrededor riendo y demás. Entonces, trajeron dos coronas de flores. Una se la pusieron a Ezarel y la otra a mí.

-¡Ahora estamos completos! ¡Viva el rey y la reina!- Chillaban vigorisadas las hadas.

-¿Qué...? No, no me metan en esto- Dijo Ezarel devolviendo la corona. Así se devolvió.

-¡Ezarel!- Lo llamé persiguiendole. Sin embargo no respondía.

-¡Ezarel para de caminar!-

-¡Woahh!- Lo escuché gritar, mientras unas enredaderas lo tomaban y lo dejaban ante mi. Creo que podría acostumbrarme a este poder.

-¿Tenías qué hacer eso?- Se levantó del suelo sacudiendo su ropa.

-No ibas a parar de caminar si no lo hacía- El desvío la mirada. -¿Por qué viniste?-

-...Siempre venía, desde mucho antes de que tu llegaras- Contestó.

-Gracias Ezarel- Le dije con mi más sincera sonrisa.