Capitulo 28

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Desperté con las cortinas de la ventana de mi habitación despejadas y la persiana subida dejando entrar toda la luz que terminaba en la puerta de mi habitación que estaba abierta. Me levanté de mi cama que estaba vacía y miré el armario de lejos para después dirigirme a él y coger el conjunto de hoy.

Salí de mi habitación veinte minutos después, bajé por las escaleras encontrándome a mi madre vestida de chaqueta y con su maletín en mano.

—Hola cariño.— Dijo acercándose a mí dándome un beso en la mejilla. —Tenéis algo para desayunar en el frigo, cuando Carlos se levante que coja algo, ¿vale?

—Vale mamá, ¿comerás aquí?— Le pregunté pasando a la cocina para prepararme algo.

—Lo intentaré, pero no prometo nada. Igualmente mañana hay comida familiar con Ana así que no va a haber problema.— Dijo recordándome la dichosa comida.

—Sabes que no quiero ir a esa comida.—. Renegué descuidándome un momento del cuchillo y cortándome. Dios que persona se hace una herida cortando pan. —¡Joder!— Exclamé.

—Valeria eres una torpe hija mía.

—Eso no se lo niego señora.— Dijo una voz masculina entrando también a la cocina.

—Carlos no me des el por culo.— Dije curándome la herida.

—Con lo tranquilita que estabas.

—Carlos tengo cojones a bañarte con el alcohol noventa y seis y prenderte fuego así que a callar.— Dije de mala hostia.

—Me callo, me callo.

—Bueno chicos no queméis la casa.— Dijo mi madre saliendo de la casa.

Saqué mis tostadas de la tostadora y las puse en un plato para untarlas con algo. Una vez terminé de preparar el desayuno de hoy dejé el plato en la barra que daba al salón y me senté para desayunar.

—Muchas gracias Monerri.— Dijo Carlos cogiendo una de mis tostadas y echándosela a la boca.

—Carlos Nebot Bustos suelta mi tostada.— Dije saltando de la silla y tirándome a por mi tostada.

—Anda toma que no quiero peleas.— Dijo subiendo su mano con la tostada en ella.

—Carlos dame la tostada.— Le contesté amenazante.

—Te la estoy dando.— Se puso de puntillas.

—Dame la tostada.— Dije cogiendo el brick de leche.

—No me tiraras la leche, ¿no gatita?

—No me retes y dame mi tostada.

—Cógela.— Dijo desafiante.

—Tú lo has querido.— Volqué el brick de leche sobre él haciéndole soltar la tostada y yo cogiéndola de golpe. Le di un mordisco y me senté en la silla donde estaba hace varios minutos. —Nunca retes a una Monerri.

—Y tú nunca a un Nebot.— Dijo cogiéndome de la cintura y elevándome mojando mi espalda de leche.

Me llevó hasta mi habitación y allí me tiró encima de mi cama.

—¡Mis sábanas Nebot!— Grité enfurecida.

—Tranquila felina.— Dijo juntando nuestros labios.

Coloqué mis manos en su cuello y las subí por su nuca atrayéndole más a mí. Me hizo girar quedando uno frente al otro encima de mi almohada que rápidamente se mojó de leche. Su lengua entró en mi boca empezando una guerra con la mía que terminó por falta de aire.

La típica chica ruda ||Cupito||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora