Capitulo 31

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Una vez pagué al chico que traía mi cena la dejé encima de la mesita del salón, me dirigí a la cocina para coger un plato y seguidamente elegí mis trozos correspondientes.
Lo único que me faltaba a mi ahora era cenar con un Carlos en busca de respuestas.

Rápidamente subí a mi habitación con una botella de agua y mi plato de pizza.
Lo dejé todo encima de mi cama para volver a coger mi portátil y dejarlo encima de mi cama como horas antes había hecho.

Encendí mi portátil para seguir con la serie. Segundos después le di al play y empecé a cenar.

—¿Valeria?— Escuché decir en la parte baja de mi casa.

Yo no conteste y seguí viendo mi serie mientras engullía mi pizza.

—Tenemos que hablar de lo que has escuchado.— Se volvió a escuchar esta vez más cerca de mi habitación.

—No tengo nada que hablar.— Le contesté molesta.

—Joder Val, por favor, tenemos que hablar. Te lo quería decir. Te lo juro.

—Pero no lo hiciste. Lo hecho, hecho está.— Le corté.

La puerta de mi habitación se abrió, dejando ver a Carlos al otro lado de la puerta.

—Hola.— Dijo tímido poniendo un pie en mi habitación.

—¿Qué quieres?— Dije seca parando la serie.

Carlos avanzó hasta llegar a los pies de mi cama. Cogió mi ordenador portátil y lo apagó para después dejarlo encima de mi escritorio. Se sentó en uno de los lados de mi cama y agachó la cabeza.

—Lo siento.— Susurró.

Yo me acerqué a él colocándome a su lado.

—¿Por qué no me lo dijiste?— Le pregunté confundida.

—Teníamos una buena amistad y no quería joderla.— Dijo sincero.

—No hubieses jodido nuestra amistad.

—Joder... Claro que sí.— Dijo alzando la voz.— No te merezco, tu eres la chica diez y yo solo voy con desprecios sociales.— Dijo haciendo referencia a su pasado cercano.

—Eh.— Dije agarrando su cara con mis manos.— Tampoco eres tan mala gente. Ni vas con desprecios sociales.

—Lo único bueno en mi vida sois tu hermano y tú.

—Carlos.— Dije mirándole directamente a los ojos.— Te conozco desde que tienes seis años... y ya te digo yo a ti que mi hermano y yo no somos lo único bueno en tu vida.

—Por favor Val...— Junté nuestros labios para hacerlo callar y coloqué mis manos detrás de su cuello. Fui cayendo en mi cama hasta notar el colchón. Carlos colocó sus manos en mi cintura mientras yo no podía despegarlas de su nuca. Me separé de él poco a poco respirando con el corazón acelerado. Quedé debajo de Carlos acostados en mi cama. Con su nariz y la mía rozándose. Con nuestros ojos conectados y con nuestros labios a escasos centímetros. — Dime por favor que esto no ha sido por pena.— Me dijo preocupado.

Volví a unir nuestros labios quedando esta vez yo encima de él y una vez separados de nuevo coloqué mi cabeza en su pecho para así poder oír el latido acelerado de su corazón.

—Carlos, llevo esperando este momento mucho tiempo. No lo hice por pena.— Dije entrelazando nuestras manos.

•••

Lunes por la mañana.

Mi alarma empezó a sonar... Que asco de vida.
Adormecida la apagué y me levanté "con ganas" hacia mi baño.

La típica chica ruda ||Cupito||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora