I

3.1K 220 32
                                    

Soo

—Vamos Soo, pruébate este— Baekhyun estiró su brazo mostrándome un pantalón negro de mezclilla con aberturas en las rodillas.

—No voy a ir, ya te lo dije— me coloqué el otro audífono para no escuchar sus agudos regaños pero sin ningún efecto.

—Es tu primer día de clases, no puedes ir con ese pantalón taaan viejo— agitó de nuevo el pantalón para llamar mi atención como un niño pequeño.

—¡Ahh! ¡Qué fastidio eres!— le arrebaté el pantalón y me metí al baño de inmediato dejando mi teléfono y audífonos en la cama.

—Siempre caes en mis artimañas, pequeñín— gritó desde el otro lado del cuarto.

Unos minutos después...

—Te quedan per-fec-tos, te los regalo— dió unos pequeños saltitos de emoción y corrió a darme una nalgada para que los modelara.

—¡Baekhyun! , no lo vuelvas a hacer... ya sabes que me incomoda que hagas eso— fruncí el ceño como símbolo de desaprobación.

Sonará extraño y tal ves un poco homófobico pero, a diferencia de mi roommate, yo si soy heterosexual y el que Baekhyun se empeñe en tratar de seducirme me genera cierta tensión, incómoda, a decir verdad.

—¡Vamos! , sólo enséñamelo de la parte trasera— me giré a regaña dientes y despacio, así como él lo había indicado.

—Bien, ya te complací. Vámonos— tomé mi mochila y un paraguas transparente con un poco de enojo y me dirigí a la salida.

Abrí la puerta con rapidez observando a la vez una silueta pasar por la entrada del departamento. No le di importancia y jalé de la mano a Baekhyun para irnos.

De camino a la parada del autobús, Baekhyun no paraba de quejarse sobre la apariencia de mi cabello, mi camisa, el clima. Simplemente amaneció con un carácter crítico demasiado desarrollado.

A la mitad del camino, paré en seco haciendo que Byun chocara con mi espalda. Me giré a verlo y con mis brazos abajo musité:

—¿Qué necesito hacer para que dejes de quejarte?— Byun me miró con sorpresa y un poco de tristeza, bajó la cabeza y siguió caminado.

—L-lo siento Baek—tartamudee un poco, pero era demasiado tarde. El camino restante sólo se limitó a cederme el paso.

Llegamos a la Universidad, pasamos el estadio y  me guío a mi salón mientras se alejaba rápidamente.
El hecho de que Baek estuviera enojado tornó la atmósfera de un color gris a un negro; de por sí no conocía a nadie y ya había hecho enojar a mi compañero de cuarto. Bravo.

La amistad que había creado con Baek se originó por personas en común. Su madre y la mía se conocían a la perfección, así qué mi madre al saber que estudiaría exactamente lo mismo que el hijo de su mejor amiga, no dudó en "encargarme" con él. He de admitir que me he sentido cómodo con Baek en los pocos días que lo he tratado pero, en ocasiones podía ser demasiado persistente con sus órdenes.

Las horas pasaron rápidamente, el timbre sonó dando pie a un éxodo rápido y fluido de alumnos. Antes de dirigirse a su salón, Baek me había comentado que nos veríamos a las 4 en el estadio de entrenamiento para regresarnos juntos.
Miré el reloj, apenas marcaban las tres y media dándome así media hora para indagar la ubicación de mi lugar favorito en cualquier instituto. La biblioteca.

—Disculpa, ¿me podrías decir por dónde está la biblioteca?— mi voz flaqueaba ya que no estaba acostumbrado a pedir instrucciones.

La chica fijó su mirada en torno a mí y sonrió.

—¿Eres de nuevo ingreso, cierto?— sólo pude asentir con la cabeza, me dió las instrucciones y le agradecí.

Registre mi entrada, inspeccioné el lugar hasta encontrar un lugar lo más alejado de los grupos de estudio que se encontraban ahí. Dejé mi mochila y el paraguas al costado de la silla de metal, busqué un libro relacionado con la sintaxis y el Hangul. Una vez encontrado un libro con esas características, lo tomé y regresé a mi silla.

El reloj marcaba 10 minutos  para las cuatro, apresurado guardé mis cosas, registré mi salida y corrí en dirección al estadio. Llegué puntual pero, al parecer Baekhyun no. Lo esperé por media hora hasta que comenzó a llover; fue ahí donde me di cuenta que ya no traía el paraguas conmigo. Resignado, caminé a la parada del autobús donde sólo se encontraba un chico alto, de tez bronceada esperando el autobús.
Al ver mi mojada apariencia, sacó un suéter de una de sus mochilas y me lo tendió.

—Me llamo Kim Jongin, pero me puedes decir Kai— estrechó mi mano con suavidad y volvió a mirar al frente. Mi timidez sólo dejó que bajara la cabeza y viera caer las gotas de agua provenientes de mi cabello.

Pasaron varios minutos hasta que su autobús apareció.

—Ha sido un placer compartir oxígeno contigo.—aquel joven tomó su paraguas y subió con cuidado.

Una vez que el chico se había ido, me quité el suéter mojado y me coloqué el de aquel desconocido. Me quedaba un poco grande, pero sirvió con eficiencia para amortiguar el frío que estaba pasando. Poco tiempo después, mi autobús no tardó en llagar, la lluvia había bajado así que el suéter estaba intacto.

Llegué al departamento y no percibí el aroma característico de loción y tabaco que Baek despedía al estar junto a él.

Dear Neighbor  [Kaisoo fic]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora