Poeta Demente

¿Y esto es... amor?

Recuerdo vagamente que tan solo unos cuantos meses atras antes de olvidar a Mariana, mis unicas amigas eran las navajas y la marihuana, solía encerrarme en el baño llorando sin razón, liberando mi dolor a traves de esas grandes y profundas heridas que hacían que me sintiera un poco mejor conmigo misma, solía irme a fumar cada tarde después de salir de mis clases. Solía fumar todo lo que encontrara, fumaba normalmente cigarros que le quitaba a mi madre a veces o simplemente compraba weed y me iba a perder a la ciudad. Eso solía ser cada uno de mis miserables días.

Pero... ¿Qué fue lo que me saco de eso?

Mi mejor amigo... Juan José, él me saco de ese infierno y junto a un grupo de amigos que viven a miles de kilometros de aquí, me ayudaron a salir del infierno que estaba viviendo.

Juan José solía decirme que algún día llegaría la indicada, por la cuál dejaría de hacer esas cosas que me lastimaban y me deprimían.

Y él tenía razón, ella llegó.

Su nombre era Luna, un nombre un poco fuera de lo normal, tal y como su personalidad.

Una chica de ojos cafés oscuros, amante de la lectura, difrutaba el día tal y como yo lo hago: leyendo o durmiendo todo el día.

Ella, una chica de lentes, de cabello ondulado, vive despeinada, ama los gatos pero nunca ha tenido uno, 18 años, como todos tiene un pasado oscuro y problemas. Ella apareció de la nada mientras yo buscaba una salida al infierno que Valentina había dejado en mi cabeza y en mi corazón. Normalmente, siempre he pensado que estoy rota por dentro y nadie ha podido ayudarme.

Luna suele pasar mucho de su tiempo.con su computadora asi que no me extrañaba que me haya respondido tan rápido.

Lo curioso de todo esto es que estaba en mi lista de amigos de una red social desde hace 2 años pero jamás nos habíamos hablado.

Todo fue algo muy curioso. Yo solo pasaba tiempo en mi computadora como algo demasiado trivial para una chica de 14 años.

Ella apareció como aparecen las telarañas en una casa demasiado limpia; casi nunca.

Empezamos hablar desde diciembre y desde el primer día, hubo algo que jamás nadie me había transmitido: seguridad, tranquilidad y confianza.

Ella se convirtió en poco tiempo mi prioridad. Lo unico que no nos permitió verla a los ojos y perderme en ella fue la distancia.