Epilogo

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Seung Ri tomo asiento frente a su mejor amigo quien le esperaba en ese lujoso restaurant en el que había hecho reservación para encontrarse los dos y hablar ya que su hyung había ido hasta Seúl únicamente para verle.

— ¡Hyung! –le sonrió al mayor quien vestía normalmente, con una camisa de cuadros y pantalones rotos.

—Hey Ri, te ves realmente bien –todo su look consistía en la última colección de Prada, la había visto durante la transmisión de la última semana de la moda en Paris.

— ¿Cómo estas hyung? –el rubio le regalo una sonrisa amplia y bonita mientras se retiraba los lentes Dolce & Gabana mostrando sus ojerosas orbes.

—Pues... supongo que bien –ese tono de voz hizo que el menor alzara su delineada ceja con curiosidad.

—Cuéntale a Ri que es lo que te aqueja pequeño.

—Cállate, pero... me quiero divorciar de Seung Hyun –soltó un suspiro ruidoso mientras desviaba su mirada.

— ¿Qué? ¿Pero por qué?

—No estamos en términos buenos y han pasado cosas –Kwon hizo un puchero —lo amo pero él está haciendo cosas a mis espaldas –le mostro su celular en el cual se reproducía un video de su esposo bailando sobre una tarima completamente borracho.

— ¿Qué demonios hace ahí arriba?

—Al parecer estaba en demostración de sus habilidades –dijo con acidez Ji Yong —vaya que está haciendo un gran trabajo –escupió venenoso.

—Oh hyung, si eso es lo que quieres...

—Es que no quiero Ri, pero no veo otra solución ya no hablo con Seung Hyun y al parecer me ha mantenido muy lejos de su vida, no sé ni siquiera lo que somos.

— ¿Y si mejor me cuentas que paso? –el rubio le apretó el hombro suavemente.

—Está bien...

*Flash back*

Un suspiro salió de sus acorazonados labios mientras continuaba lavando su ropa y la de Seung Hyun sobre ese lavadero de piedra, sus brazos dolían un poco pero ya había adquirido cierta práctica con el tiempo que había estado ahí. Ya habían pasado cerca de cuatro meses después de la boda de sus mejores amigos, cuatro meses desde que había dejado su vida atrás escapando con Seung Hyun.

—Ya me voy al trabajo –anuncio el moreno asomándose por la puerta corrediza.

—Sí, ten un buen día –Ji Yong amplio una sonrisa mientras continuaba con los quehaceres de la casa, su vida se reducía a limpiar y hacer de comer (aunque la señora Kim les hiciera la comida la mitad del tiempo por su falta de habilidad en el campo). Seung Hyun no le había dejado trabajar desde que se casaron y eso en cierto punto le molesto pero también le enterneció, Choi quería llevar el rol de hombre de la casa y proveedor de dinero.

Seung Hyun trabajaba en una ferretería desde hace tres meses, el viejo hombre le había dado el empleo con tan solo verlo y ese lugar se volvió popular con el tiempo y no precisamente era por la eficiencia de su marido, su carita y cuerpo atraían a cada tipeja que inventaba excusas estúpidas sobre daños en su hogar con tan solo ir a comprar a ese lugar y ver al dios griego que atendía ahí. Ji Yong estaba celoso y furioso pero no lo demostraba, mucho estaba haciendo Seung Hyun con trabajar en ese lugar y llegar a altas horas de la noche para según él darle una vida cómoda.

— ¡JI YONG, JI YONG! –afuera escucho unos gritos provocando que dejara la ropa a un lado y se limpiara las manos en una toalla que colgaba del tendedero.

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