El sonido del teléfono sonando lo despertó sobresaltado, miro a los lados buscando el aparato y cuando lo pudo divisar atendió la llamada sin reparar de quien era.
— Diga?— Espero — Hola? — Y siguio esperando pero solo se escuchaba silencio, el silencio de las llamadas.
— Escucha, quiero que dejes de llamarme — Ya estaba harto de ese silencio — Quiero que pares de hacer esto — Luego de hablar cortó la llamada apago su celular y lo tiró en algún lugar de su habitación, mañana mismo cambiaria su número de nuevo.
— Gracias, vuelva pronto — Despidió a un cliente que estaba llevándose 3 pizzas especiales, ese hombre subió a su auto en el cual dos niños lo esperaban con sonrisas en sus rostros, el estómago de Jason sonó, no había comido solo tomo un té, no había nada más comestible en su cocina, por su mente pasaba todo lo que tenía que hacer cuando saliera de su turno tenía que ir al supermercado y cuando llegara a casa limpiar bien.
La campanita que estaba en la puerta sonó haciéndole saber que alguien había entrado, miro era una chica de unos 17 se acercó rápido — ¿Puedo usar el baño? — estaba como un tomate el solo le dijo que si y ella corrió a el baño de damas.
Poco después ella salió dándome las gracias y se llevó una pizza también, parecía agradable. Miro el reloj de teléfono y ya era hora de irse, tomo sus cosas y se despedí del nuevo cocinero.
— Esto si, esto no— Buscaba los fideos para cocinar esa noche, luego fue donde estaba el queso y el resto de embutidos.
— Serían 150 pesos — el chico de la caja le hablo como robot.
— Claro — Le entrego el dinero y volvió a su casa.
Ya había cambiado de nuevo su número de teléfono, era la cuarta vez que lo hacía pero por alguna razón volvían a conseguir su número, estaba cómodamente en su sofá estudiando los apuntes de la facultad cuando escucho que llamaron a la puerta, se levantó a atender pero nada solo la oscuridad de la noche, bostezó y volvió a entrar.
Por más que trataba de concentrarse no lograba hacerlo, le dió de comer por última vez a su gatita la cual maullaba al lado de su plato de comida.
Al final se decidió por ir a dormir.
En medio de la noche escucho un ruido, como aquella vez solo que eso fue cuando estaba soñando, se sento en su cama mirando a los lados, nada, se saco las mantas de encima y se decidio por irse al baño a lavar su cara. Volvio al cuarto sin percatase de que su ventana estaba ligeramente abierta volvio a acostarse pero sin poder dormirse, dio una vuelta y abrio los ojos topandose con una figura, era el, el mismo hombre del sueño con esa mascara.
Estaba paralizado, todo se habia hecho mas lento y sentía que apenas podia respirar más cuando vio que ese extraño empezo a camiar hacia el amenazante, trato de moverse de nuevo, trato de gritar pero solo logro que un pequeño gemido saliera queria llorar pero no queria parecer tan debil, ya estando a unos pocos centimetros el enmascarado saco algo de su bolsillo Jasón por fin pudo hablar -No...- se arrastro hacia atras cayendo de su cama llevandose consigo las sabanas, lo que tenia en las manos era un frasco con un pañuelo sucio, Jasón choco con la pared, el hombre se agacho hasta estar a la altura del pobre y asustado joven que estaba frente a el, llevo su dedo indice a su boca he hizo el típico "Shh" para luego soltar una extraña risita, Jasón solo miro los ojos detras de esa mascara y fue como si algo le hiciera click, se levantó y corrió hasta la puerta o al menos eso pretendía cuando unas fuertes manos lo tomaron por los brazos, para que luego una de ella lo tomara de cuello y la otra se vaya directo a su nariz. Tratando de liberarse jason forcejeó queriendo golpearlo pero nada, poco a poco perdía el conocimiento y su vista pesaba más, hasta que por fin se desmayó.
Con el cuerpo inerte del joven en sus manos lo levanto y lo saco sin que nadie se diera cuenta.
Sentía frío, demasiado, sus pies dolían y sus manos también su cuerpo estaba temblando y apenas sentía su nariz ¿Donde estaba? Abrió los ojos pero igual seguía viendo oscuridad, se movía de forma torpe pero después se dió cuenta de que estaba atado, sus manos estaban detrás de él y estaba tirado en un frío suelo, al moverse más pudo sentir la suave tela que cubría sus ojos ¿Que debía hacer ahora? No sabía si gritar o tratar de soltarse ¿Que era lo que realmente funcionaria? Tampoco sabía si había alguien más con el en ese cuarto tan frío y oscuro, trato de articular alguna palabra pero nada salía de el.
Pasaron horas, horas donde el frío se hacía más fuerte y el silencio lo aturdía, horas que no hizo más que llorar, hasta que al fin pudo escuchar algo, una puerta para ser preciso, junto con unas pisadas que bajaban una escalera — Buenos días — Toda una ráfaga de miedo le recorrió — Espero que hayas estado a gusto, parece que no has tenido problemas con dormir en el suelo — La voz parecía estar más cerca de el — Déjame salir —Fue un leve susurro apenas — Soltame, por favor — En un intento por ponerse de pie se dió cuenta de que estos estaban congelados al igual que sus piernas, un fuerte calambre lo hizo caer de lleno al suelo — PORQUE ME TENES ACA EH? QUE MIERDA TE HICE PARA QUE HAGAS ESTO?— No aguanto más y rompió a llorar, en un desespero por qué lo liberen, más no recibió más que una risita de parte de esa persona que lo tenía cautivo.
— Es necesario que me hayas hecho algo para que yo te trajera acá?— Jackson solo palideció, sabía que este sería su fin, tarde o temprano lo terminarían matando, estaba a merced de un psicópata.