Día N°5

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El sabor a hierro se sentía en toda su boca, apretaba los ojos con fuerza con cada nuevo golpe que recibía, los cuales no habían empezado hace mucho, estuvo mal en gritarle pero ¿De que otra forma podría desquitarse? Tosió sangre con la última patada que le dió, trato de moverse pero le era imposible — Tenés que saber en qué posición te encontrás ahora — Recibió una escupida en su rostro — Nunca pensé que te resistieras tanto a un beso si cuando estábamos en tu cuarto no hiciste nada — El solo pensar en ese momento le traía unas fuertes náuseas — Yo... Yo nunca quise ese beso — Apenas pudo hablar, tosió de nuevo — Seguís sin saber medir tus palabras, tu estadía aquí puede ser muy buena o muy mala, solo tenés que aprender a cuidar la boca — de nuevo rió, se agachó hasta quedar a su altura y lo acarició, lo toco de forma obscena por el torso y así bajando — Se siente bien, no? —  Pasó su mano por entre sus piernas, sin tocar aún su miembro — Muchas veces pensé en este momento — Tocó con sus dedos la punta de su pene — No te parece lindo? Al fin que podemos estar juntos y tú no sabes medir tus palabras hacia mi — Paro de tocarlo y fue en busca de algo, dejando Jason golpeado en el piso con la respiración agitada, todo su torso dolía como un infierno de calor que le subía con la garganta, quería llorar y gritar pero le dolía el solo pensar en hacerlo, y pensar también que le harían si eso pasaba.

Pasaron unas horas en las que Jason solo se quedó solo, esperando lo peor pero nadie volvió a bajar, trato de relajarse y ver si podía arrastrar hacia alguna pared para descansar recargado en ella, se arrastró como un  gusano hacia una que tenía más cerca, suspiro cansado y con los ojos cerrados, tenía que hallar la forma de como salir de ahí, se quitó la venda la cual ya estaba algo suelta y abrió los ojos más decidido y miro a los lados, ese sótano estaba completamente vacío o al menos no tenia nada que pudiera usar para defenderse.

Pasaron unos minutos en los cuales ya estaba durmiendose cuando una risa animada lo despertó.

La pesadilla recién comenzaba.

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