12. Por favor...

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—Estaba pensando en que lo mejor para mi sería irme de Tokio por un tiempo—sentiste como las palabras caían por sí solas de tu boca, tu expresión era seria y centrada en la reacción del pelinegro, quien guardaba silencio con su mirada perdida en el café.

—¿Por qué?— su voz sonaba como si hablara desde bajo la tierra.

Corriste rápidamente tu mirada al oír aquella pregunta, los nervios habían vuelto una vez más...—No me creo capaz de soportar el no ser un héroe—tus manos comenzaron a juguetear entre ellas —los veré dejando sus labores de lado para correr hacia su destino, mientras yo me quedaré de brazos cruzados deseándoles lo mejor... no aguantaré eso y arriesgaré mi cuerpo, volveré a combatir contra los villanos, ayudaré a las personas y al final terminaré destruyéndome porque no pude tener la fuerza para contenerme. No quiero sentirme como un deshecho,  ver como todos avanzan mientras yo me quedo en el camino es por eso que quiero irme durante un tiempo, hasta que pueda poner mis pensamientos en orden y esto ya no me afecte—Tu mirada estaba fija en tu taza, en aquellos momentos no tenías la fuerza necesaria para verlo a los ojos.

—¿Cuándo pensaste en esto?

— Tuve la idea mientras estaba en Osaka, pero lo decidí mientras viajábamos...la verdad es que, durante todo el viaje no dormí... no podía con todo lo que tenía en la cabeza.
Hubo un largo silencio entre ambos, él no decía nada y tú no te atrevías a decir algo más.

—¿Cómo puedo estar seguro de que volverás?—Rompió el silencio con aquella pregunta; tenías tanto para responder, pero no sabías como,¿cómo expresar todo lo que sentías por él y darle la seguridad de que volverías?.

—Ya volví una vez, ¿no?

—Tampoco fue la mejor espera... además fueron 10 años—El azabache frunció su ceño, toda esta situación le molestaba, y tú lo sabías.
Tu interior estaba abatido, irte otra vez te dolía demasiado, pero sabías que era lo mejor. Por ningún motivo pensabas exponerte y arriesgarte a tener que abandonarlo para siempre; te conocías, sabías que en Tokio no estabas segura.

Aizawa llevó su mano hacia su melena azabache, comenzó a rasquetearla como si algo le incomodase, ¡y cómo no! si aquella noticia había dejado al pelinegro sin palabras. Acto seguido chasqueó su lengua, su ceño seguía fruncido y su rostro reflejaba el enojo. —Sabía que no debía de ser así...—pensó en voz alta.

—¿A-a qué te... refieres?—preguntaste temerosa, un escalofrío recorrió tu cuerpo al escuchar aquel murmuro. Tenías miedo de preguntar, pero la curiosidad era mayor.

El pelinegro apoyó su brazo en su rodilla, mientras sostenía su cabeza con éste. — Eres problemática—el pelinegro suspiró—Estás siendo cobarde, solo piensas en huir, ¿y así te haces llamar héroe?—escupió sin pelos en la lengua—quizás todo esto fue un error...

«¿Qué es esto?, siento como si mi corazón se hubiese detenido, no... no es posible eso. ¿Es cierto lo que escuché?, ¿mi respiración? es rápida, demasiado... ¿por qué no siento mi estómago? que vacío tan grande siento. ¿Un error?, bueno... siempre he sabido que soy problemática, tampoco tengo el mejor autoestima, pero entonces por qué... ¿por qué que me lo digas tú Shouta me hace sentir tan destrozada?—no podías dejar de hacerte preguntas, tu mente estaba alborotada, al mismo tiempo que estaba en blanco—oye Shouta no bromees, ¿un error?»

Un leve sonido entraba por tus oídos, tic-tac tic-tac, eran las manecillas del reloj. Tus pensamientos se disiparon de a poco, levantaste torpemente la mirada y ahí lo tenías. El azabache parecía desconcertado... o quizás ¿arrepentido?; te levantaste de a poco con cuidado de no tropezar, fuiste recobrando la compostura con cada centímetro que te elevabas.
— Está bien, creo que es hora de que me vaya—esbozaste una amarga sonrisa.

No pude olvidar esos ojos cansados[AizawaShouta x Reader]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora