Corromper a un nerd (novato). [EDITANDO]

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Te vi.

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Me preguntaba si mi celular se había muerto porque no obtuve respuesta de su parte. Despegué el aparato de mi oreja y, ceñuda, le lancé una mirada. Aún seguía encendido. Quizás se debió a que se me acabó el saldo o tal vez él no tenía buena cobertura.

―D... de verdad, e-es decir. ¿No es una especie de... ilusión? ―el muñeco sonaba desconfiado, asombrado y emocionado. Aah, qué tierno.

―Oye, ¿no me escuchaste? Te dije que sí.

―Eh... Dios... ―masculló, o quizá alejó el celular para que no escuchase pero le oí muy clarito―. Y-yo lo-lo siento.

Crucé mis cejas de inmediato.

―¿Me estás rechazando? ―no me lo podía creer.

―No quería...decir. Debí... disculparme. Me siento... yo―

―Espera, ¡¿Te estás acobardando?! Pero, ¡¿qué te pasa?! ―esto tenía que ser una maldita broma.

―N-no es propio d-de mí ser tan... a-atrevido.

―¿Atrevido? ―contuve las ganas reírme. ¿De qué demonios estaba hablando?

Este chico necesitaba salir de su casa aparte de ir al instituto y a la Iglesia porque definitivamente él tenía que ser de clase que se volvía loca si faltaba a uno de los mandamientos.

―S-sí, estoy m-muy... avergonza... ―lo último lo dijo tan bajo que casi no le escuché.

―Ya acepté ―dije para no continuar escuchando tremenda babosada―. No puedes retractarte, además te tengo una propuesta de los mil demonios.

―¡¿Có-com... de-demonios?!

―¡Que está buenísima! ―aclaré.

El guardo silencio un instante.

―¿N-no puedo retractarme?

Espera... ¿Qué? ¿En serio le valió lo de la propuesta? Ni siquiera... no.

¡Diablos!

―Tú vas a ayudarme a mí ―continué igual.

―¿Yo? ¿Có-cómo podría serle de utilidad?

Se me iba a morir el celular y aún no llegaba a lo primordial.

―Yo te ayudaré a engatusar a Emily y tú me ayudarás a elevar mis notas como espumas, ¿trato? ―me puse de pie y comencé a caminar cada extremo de mi habitación.