12

2.2K 133 13
                                    


○

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.




Me quedé en la acera, mirando la calle en la que había desaparecido el auto negro que conducía Tadeo.

Lo que le dije... esperaba que él lo tuviese siempre presente, pero yo no.

No quería admitirlo, pero sí tenía curiosidad por saber qué había ocurrido anoche. No quería que se quedase en la fiesta. ¿Qué demonios había hecho? Sabía que cuando bebía hacía una que otra cosa de la que en realidad no me arrepentía nunca, porque eso no revertiría lo hecho, lo aceptaba; en cambio no sabría explicar cómo me hubiese sentido si de pronto me enteraba que no había hecho nada anoche, o sea, quizás sí me hubiese sentido orgullosa porque cumplí mi palabra de tener una noche tranquila, borracha, pero sin coquetear o acostarme con nadie, pero había algo que me inquietaba porque lo último que recordaba de anoche fue a mí agarrada de la mano con Tay, llevándolo a algún lugar. No quería creer que la Mackenzie borracha estaba tan caliente que terminó des-virginándolo en algún cuarto oscuro o contra una pared o una puerta o en un armario... y ni siquiera lo recordaba. No sabía nada de lo que había hecho ayer. Hacía un momento le había dicho al novato que había pasado la prueba, dije eso porque al menos no se fue de aquella mansión, pero basándome en lo que hizo, no sabía nada, no podría calificarlo. Tenía un gran hueco en la memoria.

Maldito sea el alcohol, siempre llevándose mis recuerdos.

Pestañee. Giré en dirección a las plantas en busca de las llaves que siempre escondo ahí. No bien abrí la puerta y ya sabía que mi hermana estaba ahí con su maldito novio. Ellos se estaban besuqueando en el sofá.

Me crucé de brazos.

Me recosté del marco de la entrada a la sala y rodé los ojos. No soportaba estar en el mismo lugar que él. ¿Qué hora era que él ya estaba jodiendo en mi casa? Encendí mi celular ceñuda.

2:14

Jaban ya había notado mi presencia, pero siguió besando a Maya y tocándole los senos.

Era un asqueroso.

Hice sonar mi garganta.

―Cuñadita ―habría pronunciado el imbécil mientras le daba besos cortos a mi hermana y me miraba.

Maya se apartó.

―Amor, al parecer no fuimos los únicos que pasamos una buena noche.

―¡Oye! ―Maya lo golpeó en el hombro. Me miró suavizando su ceño ―¿Cómo te fue?

―Supongo que bien ―aunque miré a mi hermana por un segundo, observé a Jaban todo el rato. ¿Por qué tenía esa cara de idiota? ¡Cuantas ganas de golpearlo! Respiré y dejé de recargar mi peso del marco―. Me voy a acostar.

―Kenzie, ¿estás... molesta?

―¿No ves que tiene resaca, Maya? Es normal que tenga esa cara de culo.

Corromper a un nerd (novato). [EDITANDO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora