i. mi hermana quiere matarme

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—¡VEN ACÁ, mocosa! —gritó el hombre persiguiéndola, alzando las manos como si quisiera estrangularla a la distancia. Arian soltó un gritito mientras corría, aferrando en sus manos la bolsa de la esposa del hombre al que había robado.

Si cualquiera la viera, cualquiera que supiera de semidioses, dioses y monstruos claro, pensaría que era hija de Hermes. Después de todo, era el mismísimo dios de los ladrones.

No era así.

Arian siguió corriendo, mirando de reojo a su mascota a sus pies, intentando seguirle el paso.

—¡Vamos, Kendra! —urgió Arian. Kendra, su hurón, corría a su lado con sus pequeñas patas contra el pavimento.

—¡Atrapen a esa chica! —gruñó el hombre.

Arian siguió corriendo, y cuando llegó a la esquina de la calle, dio vuelta. Se detuvo cuando finalmente llegó a un callejón. Estaba atrapada.

—¡Estás frita, niña! —rugió el hombre. Se acercó lentamente a Arian, con las manos extendidas y la vista puesta fijamente en la bolsa de mano—. Niña estúpida...

—¿Lo soy? —preguntó Arian inocentemente. El hombre gruñó, pero antes de que pudiera lanzarse sobre Arian, el fiel perro de la chica se atravesó.

—¿Q-q-qué? —balbuceó el hombre, observando al rottweiler. Ese perro era del tamaño de un oso, no, más grande. Tenía colmillos puntiagudos y una sonrisa macabra. Sus ojos eran completamente rojos, haciéndote sentir que podían robarte el alma.

El hombre volteó a ver desesperado a su alrededor. Gente pasaba por afuera del callejón como si nada, siguiendo con sus vidas.

—¿Acaso no ven esto? —exclamó el hombre, desesperado. Una señora que pasaba por ahí volteó, pero solo tomó a Arian entrecerrar los ojos y mover los dedos, sonriendo maliciosamente.

—¿Le gusta mi perrito, señora? —Canturreó Arian—. Es uno muy lindo. Se llama Robin.

—Muy lindo, sí —susurró la señora, volviendo a voltear al frente y siguiendo su camino.

—¿Qué? —Jadeó el hombre—. ¡Es un perro de dos metros!

—No, es un lindo perrito —lo corrigió Arian, moviendo los dedos—. Todo lo que ve es un lindo perrito. ¿Sabía que el nombre rottweiler proviene de la ciudad alemana Rottweil? Ahora, regrese con su esposa. Me perdí en el callejón y nunca me encontró.

—Te perdiste en el callejón —asintió el hombre, como si fuese lo más lógico del mundo, pasando una mano por su cabello. Los ojos de Arian brillaron al detectar el caro reloj en su muñeca. 

—Oh, y me dio su reloj —añadió Arian.

Arian caminó al fondo del callejón, su hurón y su perro siguiéndola. Una vez ahí, murmuró en voz baja un encantamiento. Una puerta se abrió en la pared de ladrillos del callejón, tan grande como para que su sabueso del infierno y su hurón caminaran por ahí.

—Vamos, amigos. ¿Qué quieren hoy: McDonald's o pizza? Yo invito. 

Cualquiera que la viera ahora, cualquiera que supiera de semidioses, monstruos y dioses, claro, sabría de quién era hija.

Hécate.


Diosa de la hechicería, capaz de manejar la Niebla a su alrededor. 


🔮🔮🔮


Robin roncaba sonoramente, haciendo vibrar la espalda de Arian al estar recargada en él. Kendra corría de un lado a otro, probablemente sintiendo que algo estaba sucediendo. Arian también lo sentía, solo que no sabía qué.

wicked game / percy jacksonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora