Capítulo 20

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Pero no podía salir de la casa sin su ropa y no podía recuperarla sin bajar a la sala y no podría bajar las escaleras sin pasar por delante de la cocina, donde estaban Jimin y la mujer. Tampoco le pareció apetecible la alternativa de encerrarse en el cuarto de Jimin a esperar a que se fuera la desconocida. Quizá ella pensara permanecer mucho tiempo allí. Quizá incluso irrumpiera en el... cuarto y la encontrara escondida allí como una cobarde.

-La forma en que le tienes cogido no es la más adecuada-estaba explicando Jimin con enorme paciencia-. Le gusta tener la cara contra tu hombro. Es por eso por lo que se mueve tanto.

-Es mi hijo -exclamó la mujer-. Yo sé cómo cogerle.

Era Hyesun, la hermana de Jimin.

La tensión de Jeongyeon disminuyó, pero sólo ligeramente. Era mejor que la mujer fuera la hermana de Jimin y no una amiguita. Pero de cualquier manera, no le gustaba la idea de conocerla vestida sólo con la enorme bata de su hermano. Por lo tanto, no le quedaba otra alternativa que volver a la habitación y esperar a que Hyesun se fuera. Suspirando, dio la vuelta.

-Creo que he oído pasos -la voz de Jimin sonó más cerca-. Buenos días, Jeongyeon.

-¿Cómo has podido oírme? -murmuro con asombro Jeongyeon-. He hecho todo lo posible por no hacer ruido.

-Te he oído moverte por mi habitación -él también hablaba con voz suave. Cuando llegó arriba, extendió los brazos hacia ella y la hizo volverse a mirarle-. Buenos días -murmuro antes de cubrir con sus labios los de ella.

A Jeongyeon le sorprendió la oleada de calor que la invadió. Escondiendo la cara en el pecho de su amante, dijo:

-Te agradecería enormemente que me trajeras mi ropa. Quiero vestirme.

Jimin deslizó una mano por debajo del escote de la bata y le acaricio la sedosa piel de un hombro.

-Preferiría que te quedaras desnuda-susurro.

-Por favor, Jimin -imploró ella-. Tu hermana esta aqui y...

-Y me está sacando de quicio -añadió-. Incluso Manse se está irritando con ella. Ven abajo a tomar una taza de café. Estoy seguro de calmar a Manse mejor que ella.

-No quiero inmiscuirme en una disputa familiar -.declaró la joven.

-No es una disputa -intervino la voz de la mujer-. Sólo las habituales muestras de afecto de los Park. Hola, me llamo Hyesun. Tú debes ser la dueña de esta ropa, supongo.

Jeongyeon bajó la mirada hacia la mujer que estaba al pie de las escaleras.

Era alta y delgada como su hermano y su pelo tenía el mismo tono. Con un brazo sujetaba a su inquieto hijo y con el otro las ropas de Jeongyeon.

-Deja sus cosas donde estaban -ordenó Jimin mientras bajaba junto a Jeongyeon el resto de las escalera -.
Jeongyeon no se intimida fácilmente, ni se abochorna. Por otra parte, es una de esas personas que lo primero que necesita al levantarse es una buena taza de café -apretó amorosamente los hombros de la joven-. Lo he preparado especialmente para ti.

-¿Si? ¿Café de verdad? -exclamó Jeongyeon, conmovida.

-Sólo para ti -la besó en la mejilla y luego la acompañó hasta la cocina, sin detenerse al pasar ante Hyesun.

Sin saber qué hacer, Jeongyeon se sentó en una silla de la cocina mientras Jimin le servía una taza.

-La leche y el azúcar están en la mesa -dijo, mientras le ofrecía la taza.

-Gracias.

Jeongyeon aceptó el café. Dio un sorbo al humeante líquido y casi se atraganta. Llamarlo el peor brebaje que había probado en su vida era apenas hacerle justicia. ¿Cómo podía un hombre de la inteligencia de Jimin preparar tan abominable café?

•It Was Not A Plan• // pjm+yjyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora