22. 🍁

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Magnus.

Mi cuerpo aún duele, duele al igual que mi corazón porque aún sigo sin creer que mi Alexander - aunque ya no era mío - me hiciera esto...

Mi lágrima bajaba con lentitud por mí mejilla. Me sentía enfermo de amor y fuí un tonto al pensar que él no me dañaría, sin embargo al igual que mi padre, él me lastimó.

Duele recordar aquel día porque era como si Alec no fuera él, lo conozco y jamás había actuado de esa manera. Pero lo hizo, actuó mal y en el proceso me hizo daño.

Lo mejor para ambos era alejarme, aunque doliera no era bueno que él estuviera cerca de mi.

Mi estómago estaba revuelto y sin darme tiempo de pensar corrí al baño a vomitar. Me limpié y me dejé caer en la cama.

La puerta de mi habitación se abrió y apareció Cat con un enorme ramo de girasoles.

- ¿Qué es eso? - sonreí.

- Oh, alguien las envió y sospecho que fue tu príncipe azul.

Reí al ver que a penas y podía caminar, todos los girasoles tapaban su rostro. Las dejo en la mesita de noche y al darle la vuelta se veía una nota.

- Pásame eso - señalé el papel color azul.

Al momento de darme aquella nota un escalofrío recorrió mi espalda y mi corazón comenzó a latir rápido.

Te ruego que me dejes verte aunque sea una última vez. Lamento muchísimo lo sucedido, soy un idiota y sé que una nota no es suficiente para el daño que he causado. Eres lo mejor que me pudo haber pasado, sin ti soy un desastre, pero entiendo si no quieres verme más. Sea cual sea tu decisión yo la respetaré porque solo busco tu felicidad.

Is breá liom tú.

Con amor y esperanza, tu ángel.

La caligrafía era hermosa y cuidada no conocía la letra de Alexander, pero nunca pensé que fuera tan perfecta aunque en realidad yo no era quien para juzgar su forma de escribir y sin embargo nunca dejaba de sorprenderme.

Mi estómago se revolvió cuando tocaron el timbre de mi departamento... Alexander, pensé. Pero cuando no fue su voz la que saludó a Cat, sentí tristeza y alivio.

- ¿Quién era? - me asomé por la puerta de mi habitación.

- Uh, una nueva carta llegó. - sacudió el sobre.

- Déjame ver. - me dió el sobre y lo abrí.

Dentro había una pluma negra, era tan parecida a las plumas de Alexander y con la pluma había una carta. Esta vez la caligrafía era más descuidada, pero lo que me dejó casi sin aire era lo que decía.

Magnus... pequeño, vulnerable e indefenso Magnus.

Ahora que tengo tu atención me gustaría hacerte una oferta. Por alguna razón mi hijo Alexander está obsesionado contigo y sé que eres poco para él, por lo que te pido que te entregues a mi o si no, por mucho que amé a mi hijo, él morirá. Pido tú vida o la de él, tú decides.

Si en 2 días al anochecer en callejón cerca del parque no estás, bueno me temo que tomaré la vida de mi hijo.

Agradecido por tu atención...
Amon Lightwood.

Creo que perdí el color porque Cat se acercó con rapidez y me quitó la carta. Me miró con confusión.

- ¿El padre de Alexander? - a penas reaccioné.

- Eso creo - susurré.

- ¡Cómo se atreve a amenazarte!

- No lo sé. - a pesar de que no le temía a un príncipe del infierno, temía por la vida de Alec.

- ¿Y la pluma, qué significa?

Tomé la pluma con delicadeza y la acaricié, era tan real... pero aún no estaba seguro si de verdad era su pluma.

- No tengo idea - mentí.


Alec.

- ¡No voy a permitir que sea tu vida por la de él! - escuché un grito.

Toqué el timbre, pero solo se oían más gritos.

- ¡Lo amo, entiende! - toqué con más insistencia, pero nada.

- ¡No dejaré que el padre de tu novio te mate! - alcé la cabeza con rapidez y quité el picaporte de un jalón para entrar.

- ¡Alexander no tiene la culpa! ¡Es su vida o la mía! - sus gritos me hicieron estremecer.

- ¿De qué hablan? - ambos quedaron en silencio y me vieron con sorpresa.

- Alexander, ¿qué haces aquí? - La voz de Magnus era filosa como un cuchillo.

- Yo, ah... quería verte. - sentí un leve calor en mis mejillas.

- Vete de aquí chico. - Catarina habló.

El ambiente estaba completamente lleno de tensión, porque ambos me miraban extraño. Magnus lo hacía con miedo aún y su amiga con enojo.
Eso dolía, dolía porque yo no quería que Magnus me viera de esa manera.

- ¿Qué ocurre, cuando toque escuché sus gritos? - mi chico hizo una mueca.

- No es algo que te importe, ahora vete.

- Magnus, todo lo que tenga que ver contigo me importa - me acerco a él, pero se aleja y aparta la mirada de mí y eso me lastima.

- Vete de aquí. - insistió.

- Pero... Es que necesito hablar contigo. - trato de acercarme de nuevo, pero vuelve a retroceder.

- Yo no quiero, no después de lo que ví aquel día. No después de lo que me hiciste. Eres un mounstro Alexander, vete. Ya no eres bienvenido.

Mi pecho comenzó a doler de una forma horrible, mis ojos picaban y era la segunda vez que mis lágrimas caían. Sin pensarlo me acerqué a él y lo abrace con fuerza, a pesar de sus intentos por alejarme, no lo solté.

- ¡Déjame! ¡No me toques! - dijo con repulsión. - sus palabras dolían tanto que mis piernas fallaron y terminé de rodillas aferrandome a sus pies.

- No me dejes por favor - suplique.

- Alec - su amiga tocó mi hombro.

- No, por favor Magnus. Te lo ruego, no me dejes. Haré lo que sea, pero no te vayas de mi lado. - sollocé

Se agachó y acunó mi rostro para darme un beso en la mejilla.

- Por favor, vete Alec.

No me atreví a mirarlo y resignado, me levanté para salir.

- Perdón Magnus. - dije y me fui de aquel lugar con el corazón más roto que nunca.

Ese era mi karma. A mí me gustaba romper corazones y ahora Magnus rompió el mío.

* * * * *

- ¿Porqué lo dejaste ir? - preguntó su amiga.

- Porque lo amo y si voy a entregar mi vida por él, no quiero que sufra mi partida. - explicó el ojiverde.

- Te ama, Magnus. Viste como rogó por tí. - El chico sollozó con fuerza y se dejó caer.

- Es por su bien. Daré mi vida por él. - Catarina negó y lo abrazó.

- Odio esto, pero es tu decisión y yo siempre te apoyaré. No sé qué haré sin ti, pero entiendo que lo haces por amor. - susurró.

- Gracias Catarina. Te amo y lamento meterte en este lío.

- Está bien.



Gracias por leer. 💕

My angel likes blood. (Malec)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora