Magnus.
Cada vez me sentía más débil, tanto que hasta Jace llamó a un doctor. Lo que según dijo es que podría ser una infección en el estómago y que lo que sentía moverse era causa de la infección.
Hoy era el día en el que mi vida acabaría. En unas horas daré lo que queda mí para salvar a mi estúpido, pero hermoso ángel.
A pesar del daño que me hizo, no podía soportar la idea de que pudiese morir y porque lo amaba.
Catarina había venido a pasar toda la mañana y el resto de la tarde conmigo, recordando viejos tiempos y llorando. Yo sabía que era difícil para ella saber que me sacrificaría a pesar de todas las dudas que tenía sobre el padre de Alec, yo le dije que él no se andaba con juegos y que era muy capaz de tantas atrocidades si no se hacía lo que él quería. Sin hacer la preguntas Cat solo aceptó. Lloró y rogó que no lo hiciera, pero nada me hizo cambiar de opinión y no le quedó más que decir lo mucho que me quería y extrañaría. Apreciaba la fuerza de voluntad que tenía esa mujer, ella era muy capaz y sabía que iba a estar bien también lo sabía por su nuevo novio un tal Ragnor que trabajaba en el hospital con ella.
Hasta suerte había tenido cuando Jace dijo que tenía que regresar a la ciudadela por unas horas antes del anochecer lo cual me daba el tiempo exacto para poder salir de su vista.
Llamé a Tessa, hable con ella después de casi un año y nos pusimos al día riendo de nuestras tonterías, al final me despedí de ella aunque Tess no sabía que era la última vez que hablaríamos. Ella y Cat eran las únicas personas en mi vida que dejaron huella... hasta que Alexander llegó.
Alexander. Quería despedirme de él, pero lo haría al último instante porque sabía que él vendría a impedir lo que ya he decidido y no quería eso.
El sol ya se estaba ocultando y Jace llamó a la puerta para avisar que ya se iba y que no tardaría más de 3 horas y era el tiempo que yo necesitaba.
Volví a sentir como algo se movía dentro de mi estómago haciendo que llevará mi mano al vientre. Evitando cualquier estúpido pensamiento, visualice por última vez cada parte de mi hogar. Sonreí con melancolía, tantos buenos y malos momentos pase aquí.
Salí de casa y dejé la llave bajo una piedra para que Cat pudiera entrar después, le hice prometer que habitará mi loft después porque no quería a nadie más en casa que a ella y dejé una caja con cosas para ella, Tessa, Isabelle y Alexander. Izzy se había convertido en mi amiga e incluso compartíamos el gusto por la moda.
Caminé tomando un taxi que me llevaría a la editorial y posteriormente a aquel callejón donde un príncipe del infierno quería verme.
Si antes me hubieran dicho que terminaría dando mi vida por un hombre que me golpeó, me hubiera reído. Pero ahora aquí estaba. Y era hora de hablar y despedirme, marqué el número de Alec y esperé a que contestará con los nervios apoderándose de mí.
- ¿Magnus? - su voz me hizo debilitar.
- Hola - susurré.
- ¿Podríamos vernos? - su voz era tan tranquila.
- No, solo quería decirte que te perdono. Perdono que me hayas hecho daño, porque yo sabía en lo que me metía y... - sollocé.
- Amor, ¿Estás bien? - no lo hagas más difícil ángel.
- Si - mentí - Alexander cada momento que pasé contigo fue hermoso e incluso las peleas eran parte de lo que fuimos tú y yo. Amé todo de tí, quiero que tengas en mente que me hiciste muy feliz - mi voz se rompió - Alexander...
- Magnus, ¿Dónde estás? - sonaba desesperado.
- No importa, gracias por todo mi hermoso ángel...
- ¡No, Magnus! - colgué antes de que dijera otra cosa y justo en ese momento sentí la presencia de alguien.
- Vaya, vaya. Así que decidiste dar tu vida por la de mi hijo. - su voz era gruesa y firme.
Traté de enfocar al hombre, pero solo veía una sombra y unos relucientes ojos azules como los de mi Alexander.
- Bien, aquí me tienes así que termines esto de una vez.
Alec.
(Una hora antes)
- ¡Alexander! - gritó con desespero mi hermana.
- ¿Qué ocurre? - corrí a la oficina de Jace y mía. Ahí estaban ambos con cara de preocupación y un montón de libros abiertos, regados por ambos escritorios.
- Hermano, te haré una breve descripción de la situación porque en... - miró su reloj - media hora debo regresar con Magnus. - asentí.
- Comienza. - me senté en el sofá más cercano al escritorio de Jace.
- Los últimos días Magnus a estado vomitando con frecuencia también ha estado con mareos y se ve más pálido. Incluso lleve a un doctor a verlo, pero el estúpido solo hablo tonterías. Eso me llevó a investigar un poco, le pregunté si había usado protección a lo cual dijo que no. Tengo una teoría y solo falta que contestes una pregunta para descartarla o afirmarla. - procese con cautela la información.
- Habla - ordené.
- Cuando intimaron, ¿Dejaste tu polvo por su cuerpo, específicamente en su boca o en su, uh... parte íntima? - susurró lo último y tarde un momento en recordar... Sus manos acariciaron mis alas para después chupar sus dedos cubiertos de mi polvo. ¡Rayos!
- Creo... creo que sí. - alcé mi rostro para ver como mis hermanos intercambiaban miradas de emoción y miedo.
- Alec... tu chico está... está esperando un bebé ángel de ti. - soltó Izzy.
- ¡¿Qué?! P-pero es hombre... él no puede concebir bebés.
- Claro que puede si lo hace con un ángel, solo si es él indicado y en este caso tú, pero con tu polvo terminaste por implantar un bebé en su vientre. - aclaró Jace.
Tarde segundos en reaccionar... Magnus esperaba un bebé mío.
- ¿Te harás responsable del bebé? - preguntó mi hermana, los miré con determinación.
- Claro que sí. Ese bebé es mi hijo y él necesitará a sus dos padres. - sonrieron y se pusieron de pie abrazándome.
- Felicidades hermano - felicitó Jace al momento que se separaba. - ahora debo irme a ver a tu chico embarazado. - sonreí.
Iba a tener con un hijo con mi alma gemela, con el chico correcto. Tenía tantas ganas de hablar con él para aclarar las cosas y darle la hermosa noticia que llenaba mi pecho de felicidad. Puedo imaginar a un pequeño ángel con el hermoso color de sus ojos. Estaba tan feliz cuando mi teléfono comenzó a vibrar.
Magnus. Sonreí al ver su nombre, tenía que verlo pronto. No quería estar lejos de él, quería ver como nuestro bebé crecía en su interior.
Al escuchar su voz mi cuerpo comenzó a temblar, él tenía un enorme poder sobre mi. Mientras la conversación avanzaba me sentía más preocupado, su voz tan débil y rota. Al colgar, la preocupación estaba en todo mi cuerpo.
- ¡Chicos! - grité a mis hermanos con desespero.
- ¿Qué ocurre, hermano? - jadeó Izzy.
- Creo que algo muy malo pasa con Magnus. - justo cuando dije eso mi pecho comenzó a doler e hice una mueca.
- Si, definitivamente él está en peligro - concluyó Jace.
- ¡Vámonos! No puedo dejar que nada le pase a mi sobrino.
Espérame mi amor. Espera por mi, no dejaré que le pase algo al bebé. Nada ni nadie te lastimara o a nuestro hermoso angelito que llevas en tu vientre.
Oficialmente está historia es m-preg. 😅 No tenía pensado esto, pero es que tantas ideas se me vinieron en mi cabeza que ya hice rara la historia. 😂 Como sea, espero que les haya gustado este pequeño giro.
Gracias por leer. 💕
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My angel likes blood. (Malec)
Fanfiction~ Completa ~ Alexander Lightwood, un hermoso ángel con apariencia engañosa. ¿Quién diría que a ese inocente ángel le encantaría derramar sangre y destruir? Magnus Bane, un chico roto psicológica y físicamente. Él solo busca a alguien que lo amé, per...