Deluxe

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Estaban de vuelta, el cine parecía ser el lugar más adecuado para pasar el rato, aparte de su habitación o la de Louis. Habían pasado solo seis meses de estar juntos y aunque Harry ya no se sentía temeroso, seguía flotando en su nube de irrealidad que temía se rompiera.

— Tierra llamando a Hazz.

Parpadeó y se encontró frente a la mandíbula de su novio, seguramente donde se había quedado viendo embelesado hasta que este logró llamar su atención.

Con las mejillas violentamente sonrojadas paso sus brazos por el cuello del otro y entrelazo sus manos. Enseguida las manos de Louis se acomodaron en su espalda baja y Harry acurrucó su cabeza contra su hombro.

— Sé que Tommoland es de lo mejor —recibió un suave tirón en los cabellos de su nuca cuando Harry separó sus dedos—, pero te estaba preguntando cuál de las dos películas quieres ver. —formo un puchero después de hablar y Harry se acercó a dar un mordisco en su mandíbula.

— No quiero de terror si no puedes quedarte esta noche. Me quedaré completamente solo hoy.

— Ven conmigo, entonces. — Louis sonrió mostrando su perfecta sonrisa y Harry mordió su propio labio inferior para no terminar asaltando la boca del otro.

— Esta bien. —sus brazos se deslizaron por el cuerpo de Louis, estancándose unos segundos en los botones de su chaqueta de mezclilla antes de soltarlo por completo.

Se giró y fue entonces cuando lo miró.

Estaba Nicholas, tan bello como antes, su cabello estaba más corto y había desaparecido de los costados, se veía más delgado, sobre todo en su rostro, pero sus ojos grises seguían siendo penetrantes y llamativos. Sonreía a dos chicos menores que todos ellos que se movían con nerviosismo a su alrededor.

Se preguntó si él se había visto así alguna vez.

Se quedó quieto. No había nudo en su estómago y no sentía como si se comiera por dentro, no había dolor más que solo una pizca de tristeza.

Giró su rostro antes de que Nicholas volteara, habían pasado poco más de dos años pero aun no deseaba ser visto por él. Se acomodó a un lado de Louis, donde lo tapara lo suficiente. Louis.

Tenía su ya lejana mueca, esparcida por el rostro. No miraba a Harry, pero su ceño estaba fruncido y su mandíbula apretada.

Harry pasó un brazo por el de Louis buscando llegar a su mano, pero antes de que llegara a ella, Louis la metió en el bolsillo de su chaqueta. Harry se enganchó a su brazo temiendo romperse e ignorando por las siguientes tres horas como su estómago se revolvía de manera aterradora y su saliva se sentía como ácido burbujeante en su boca.

Lo único reconfortante al final había sido que no se había topado con Nicholas de nuevo. Y Louis le llevaba en dirección a su piso.

Excepto, por el cansancio irracional que Louis presentó al llegar, pidió ir a la cama con una tanda de abrazos para poder descansar.

Y entonces después de media hora, Harry se había escurrido en la cama para poder quedar frente a su rostro, miraba con deleite y temor cada milímetro del rostro contraído de Louis, si en verdad él estaba durmiendo, no estaba descansando en lo absoluto.

Y si iba experimentar la primera pelea real con Louis pronto, debía disfrutar lo que tenía. Pasó su mano sobre los cabellos lacios de su flequillo y los acomodó lo más que pudo hacia atrás de su oreja. Se acercó y plantó pequeños besos desde la comisura de sus labios en una orden dispersa hasta llegar bajo sus pestañas.

— No voy a soltarte —la voz ronca de Louis le hizo brincar sobre su lugar, pero alejo el mal sabor de boca que tenía y la ansiedad que carcomía su estómago.

— No quiero que me sueltes.

— Eso dices, —la voz de Louis salió con preocupación en lugar de enojo, su agarre sobre las caderas de Harry haciéndose más fuerte— quiero creerte pero se lo que hace él en ti.

El rostro de Harry volvió a la cama dejando que al mismo tiempo su nariz se frotara con la de Louis quien aún tenía los ojos cerrados. — Nunca me di cuenta antes, pero hoy ya sé —sus dedos acariciaron su párpado— que cada palabra, cada toque, cada sonrisa, me hace querer darte lo mejor de mí, lo supe hasta que te tuve, pero, eso no lo hace menos intenso, creo que lo hace más fuerte. ¿Sobre hoy? No sentí nada, incluso cuando me lo pregunte a mí mismo, solo no quería ser visto, es ridículo pero pienso que en cualquier momento vas a desaparecer y él ayudo a desaparecer muchas cosas que me hacían feliz antes.

Louis lo miró con detenimiento, no parpadeo por lo que garantizó que no había dormido ningún minuto, atrajó el cuerpo de Harry al suyo y se acercó más a sus labios. — Soy tuyo. —casi deletreó las palabras y saboreó el roce sus labios con los ajenos.

Atrapó el inferior y manipuló entre los suyos a su antojo, antes de que su escurridiza lengua se hiciera un lugar en la hogareña boca de Harry, quien suspiró de alivio ante el contacto, acunó de nuevo el rostro de Louis y se encargó de profundizar el beso.

Harry.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora