Capítulo ONCE

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ÁNGELA


Uh, tu remerarió─ no quería que la encuentres en esas condiciones ─se tapó la cara con las manos

─Me jodes que esta es la remera que me olvidé la otra vez ─mirando asombrada el color que tenía

─Sí, la metí en el lavarropas para devolvértela limpia y quedó así ─riendo

─No podes Agustín, menos mal que la usaba para dormir, ni me acordaba que la seguías teniendo vos ─suspiré, me había relajado saber que era mía

─Bueno, si no te acordabas no te va a importar que la arruiné ¿no? ─me dijo con cara de sentirse culpable, mientras tomaba el primer mate

─No ─le sonreí tiernamente─ aunque ahora me debes una remera ─me crucé de hombros

─¿Esta te gusta? ─dijo señalando la que tenía puesta, que varias veces le había dicho que me gustaba

─No, yo sé que amas esa remera, pero ya voy a encontrar alguna otra cosa ─levanté mi ceja y agarré el mate que me ofrecía

─Sí tenés razón ─me respondió acariciándola, creo que era su remera favorita

Luego de unos mates seguimos ensayando y pensamos ideas para la presentación. Se estaban por hacer las nueve cuando me preguntó si quería quedarme. Le dije que prefería ir a mi casa porque me quería bañar y cambiar, como había venido de imprevisto no traía nada preparado. Me fui para llegar a tiempo a ver Simona.

El miércoles no tuvimos escenas juntos, estábamos grabando escenas salteadas, y todas las damona habían quedado para el jueves. Solo nos cruzamos al entrar y al salir.


Jueves

─Esto que me estoy tomando es porque te tengo que bancar todo el día ─me dijo llevándose un ibuprofeno a la boca

─Ah bueno ─respondí mirándolo asombrada, como ofendida

─Mentira vení ─intentó acercarse para abrazarme y me corrí, sin quitar mi expresión─ dale te estoy jodiendo, angelita de mi corazón ─me dio una ternura que no pude resistirme a recibir su abrazo

─Ya están uno encima del otro desde temprano ─dijo Claudio llegando a la escenografía en la que íbamos a empezar a grabar, y nos reímos─ me imagino que ya pasaron la escena ─nos miramos y asentimos, mentíamos muy bien juntos

Después de grabar dos escenas que nos llevaron bastante tiempo, fuimos a almorzar al comedor. Habíamos pedido un delivery de empanadas que quedaba cerca, así que nos llegaron en seguida y nos fuimos a sentar.

─Me voy a sentar acá porque sigue un poco el dolor de cabeza ─me dijo señalándome con la mirada que más adelante estaban todos amontonados haciendo mucho ruido

─Bueno dale, nos quedamos acá, yo también necesito un poco de paz ─le respondí y me senté a su lado, me sonrió

─Holaa ─dijo Tefi apareciendo con una bandeja con ensalada─ ¿como va? ─nos saludo a cada uno con un beso y se sentó al otro lado de Agustín

─Con ganas de tomarme dos ibuprofenos más ─le respondió el agarrándose la cabeza

─¿Te duele? ─preguntó ella, "y si mamita" pensé internamente

─Bastante, ya tomé uno y no calma, si después tengo unos minutos voy a intentar algunos de mis ejercicios de relajación ─se rió suavemente para que no le doliera más, era tan linda su sonrisa─ ¿Como anda tu abuela? ─le preguntó, y empecé a sentirme un poquito de más

Tratando de encontrarte | ANGESTINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora