Capítulo VEINTE

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NOTA DE AUTOR: Bueno, perdón la demora pero esto es así, hay momentos en los que estás más inspirados que otros. Saben que cuando lo estoy subo hasta uno por día. Pero últimamente no sé que me está pasando, ni concentración ni inspiración ni nada. Espero que vuelva pronto porque ya empecé la facultad y lo voy a necesitar. Con respecto a éstos dos, qué les deparará el destino en la realidad cada vez lo tengo menos claro, pero sé que acá van a ser felices. Lxs dejo leer. 


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Previamente

─Dale, sos peor que un bebé ─le dije sentándome en sus piernas y abrazándolo con mi brazo libre─ toma ─agarró la taza sin antes hacer un último puchero y dió un sorbo con los ojos cerrados, como si eso hiciera que no sintiera el sabor a los raros yuyos que contenía aquella infusión─ ¿y? ─le pregunté expectante al verlo terminar la prueba

─Horrible ─me miró con cara de asco

─A ver, me intriga ahora ─le dije y lo besé buscando con mi lengua descubrir el sabor


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20


AGUSTÍN


─No, no hay chances, hablar hablo bien pero cuando intento cantar no llego a ninguna nota, debería hacer todo playback y sabes que no me gusta ─le decía a Catriel por teléfono mientras Angela había ido a comprar para comer─ me quiero morir pero lo mejor va a ser cancelarlo, y lo haré la semana que viene... sisi, ya aviso ─le respondí y corté, cuando ella ingresó por la puerta de atrás

─¿Y? ¿Qué pasó? ─me preguntó y cuando llego hasta mí me dio un beso

─Nada, ya le avisé que cancelamos, así no puedo ─miré al piso con expresión de tristeza

─Bueno basta, lo que pasa pasa y ya no se puede cambiar ¿no? ─me miró intentando que recuerde que ese solía ser mi consejo habitual─ así que no tiene sentido que te pongas mal, y yo te voy a ayudar a que no pienses tanto ─luego de dejar las bolsas en la mesa se acercó y me abrazó por la cintura

─¿Querés que vayamos a tomar mate a la playa? que la tenemos acá nomás ─le dije mientras la abrazaba

─No, mejor es que no salgas, que no tomes frío ─me respondió

─Dale, me pongo dos bufandas, está re linda la tarde, no podemos no ir con lo que nos gusta la playa ─la miré con expresión de suplica y vi en su mirada que la había convencido

─Dos bufandas eh ─levantó su dedo índice como dándome una orden y asentí con la cabeza

Ambos nos abrigamos, preparamos algunas cosas para llevar y salimos. Ni bien cerramos la puerta notamos que no había nadie, era un lugar en el que solía andar poca gente, pero hoy directamente no caminaba ni un alma. Nos miramos y sonreímos por nuestra suerte. 

Entrelazamos nuestras manos y comenzamos a caminar hacia la playa. Cuando llegamos, a lo lejos, como manchas, se veía un grupo de personas sentadas en la arena. Hicimos lo mismo. 

─¿Qué es ese mantel? ─dijo ella riéndose, al ver lo floreado y colorido que era

─Es de mi hermana, me lo dejó porque si es por mí me tiro en la arena ─le respondí mientras nos sentábamos

Tratando de encontrarte | ANGESTINDonde viven las historias. Descúbrelo ahora