Nuevo Hogar

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  Recorrieron todo el trayecto necesario para llegar al portón de la casa que Antoine había divisado con los binoculares. Allí, el tractor de frenó de golpe, de un instante a otro. Florence se bajó del vehículo para revisar que había ocurrido. Una bala había impactado justo en el motor.

-Fue todo un milagro que lleguemos hasta aquí- dijo Florence haciendo una mueca con la cara.

  Tuvieron que caminar unos doscientos metros para llegar a la casa. No parecía haber nadie. Sin embargo, entraron sigilosamente. La puerta desprendió un fuerte chirrido al ser abierta. Antoine y Florence lo ignoraron. Entraron.

  Se encontraron con una pequeña sala. Allí había una escalera. A la derecha, la sala de estar; a la izquierda, el comedor. Antoine subió al piso de arriba, mientras que Florence se encargó de revisar el de abajo.

  Tres habitaciones había en el piso superior. Antoine entró a la más cercana, la cual estaba enfrentada a las escaleras. Allí no había nada que llamara la atención de Antoine, más que un par de vestimentas, encontradas en unos cajones de un placar, en frente de la cama. Éstas eran: un pulóver azul, una remera de mangas cortas, otra de largas, y un pantalón.

  Ya se estaba por retirar del dormitorio, cuando notó que algo negro sobresalía debajo de la cama. Era una especie de estuche. Antoine lo colocó encima de la cama y lo abrió. En el interior del maletín había un Winchester, y tres cajitas, con seis balas cada una.

  A diferencia de Antoine, Florence no encontró armas, sino comida. Una puerta que estaba en el comedor llevaba a la cocina. Allí halló todo tipo de comida enlatada: atún, tomates, frijoles, entre otras. También encontró una bolsa de pan fresco, ya que ésta había permanecido cerrada, aparentemente.

  Al reunirse para verificar lo encontrado, se les antojo almorzar. Así que prepararon éste con algunas comidas enlatadas que Florence había encontrado, y disfrutaron de un almuerzo tranquilo. Una vez que terminaron lo anterior dicho, se dividieron las habitaciones, y cada uno fue a descansar un rato; algo que en verdad iba a servir, después del día agitado que habían tenido.

  En verdad, ese día no pasó mucho más. Antoine y Florence decidieron no salir en todo el día de la casa. Tampoco escucharon la radio, o encendieron la televisión, con el objetivo de calmar un poco la mente. Cenaron. Luego de esto, cada uno se acomodó en su recámara para descansar durante la noche.

Héroe: Antoine LeGocqDonde viven las historias. Descúbrelo ahora