Operación Tambora

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-¡Rápido, a la sala central!- Exclamaba todos, con un severo miedo de que las puertas no resistieran. Aun así, no dudarían en luchar si el enemigo así lo disponía.

Había un protocolo, el cual Antoine y sus soldados deberían seguir. En caso de que la resistencia desde las trincheras fuera insuficiente, todos se reunirían el una sala principal, la cual conectaba todos los túneles.

-Domi, Tristan, quédense en este túnel a vigilar. La puerta está a unos cien metros. En caso de escuchar que los derechistas entren, disparen, así nosotros sabremos que hacer. Será fácil escucharlos, no estaremos a más de cincuenta metros de distancia.

-¿Cuál es el plan, señor?- Preguntó un poco nervioso Domi.

-Activaremos la "Operación Tambora". Debajo de la sala principal, hay un sótano. Entre el suelo y la habitación, hay una capa de blindaje. Si el enemigo entra, disparen y corran hacia la sala. Los esperaremos. Luego, volaremos todo con unos explosivos que tenemos guardados para este tipo de situaciones. Mucha suerte, señores.

-Nos sacrificaremos si es necesario, señor. Todo sea por la libertad de mi querida Francia- una lágrima caía por la mejilla de Tristan.

Antoine retomó su camino, pues el resto ya le había sacado bastante ventaja. Ya se podía divisar las luces de la sala, cuando un grito, dirigido a él, le llego a los oídos.

-Señor, la trampilla está atorada.

Aparentemente, la cerradura se había deformado con algún golpe. Había que buscar una solución urgente. En cualquier momento, los enemigos podrían aparecer por alguno de los túneles. Sin embargo, en todos había por lo menos dos guardias que darían aviso ante cualquier incidente.

Antoine, ante la desesperación, debió tomar una decisión. Había que volar la cerradura.

-Tú, el que está parado ahí sin hacer nada, alcánzame esa caja que tienes detrás- el chico hizo lo propio

Dentro de la caja había algunos C4. Antoine los tomó y los colocó sobre la cerradura.

-Todos apártense, voy a volar la cerradura.

La sala se llenó de humo. Ahora podían entrar al sótano, y eso hicieron.

-Señor, demos irnos ahora- dijo un soldado, tomando del brazo a Antoine, que aguardaba asomado la llegada del resto.

-¡No! Aún falta que lleguen los guardias. Y... ¿acaso quiere abandonar a su general? ¿Qué le pasa soldado, le teme a algo? ¿A la muerte? Pues, no debe temer. y como dijo Eleonor Rooselvelt: Usted gana fuerza, valor y confianza con cada experiencia en la cual usted se detiene y mira al miedo en la cara. Ya que luego de esto usted es capaz de decirse a sí mismo: "He superado este terror. Ahora puedo enfrentarme a lo próximo que se me venga. Usted ya se ha enfrentado a la muerte, al igual que todos aquí. Si siguen vivos es porque han peleado por ello. Entonces, no lo echen a perder. Enfrenten al enemigo, como los leones que son. Ustedes son fieras de la Patria.

El aire se lleno de motivación, de valor, de gritos. Pero uno en particular llamó la atención de Antoine. Provenía de afuera.

-¡Ayuda, el general está herido! Abran paso.

-Rápido, los médicos- exclamaba Antoine ante la desesperación, pues, su amigo estaba muy malherido.

Julien había recibido un disparo en la costilla, y otro en el omoplato. Los dos médicos que había tendieron una sábana en el suelo para revisar al general.

Mientras tanto, Antoine, como excusa para evitar esa situación, se asomó por la trampilla para revisar si venían los guardias. Efectivamente, allí estaban, como por arte de magia, todos al mismo tiempo.

-Rápido entren, y cierren la puerta con candado, por dentro. La cerradura de afuera está un poco rota- dijo irónicamente Antoine-. Ustedes, ¿tienen alguna camilla para llevar al general Blanc?

-Efectivamente, señor- respondió uno de los doctores-. Podemos transportarnos con total normalidad, gracias a una camilla que trajimos. Es parte del protocolo. Eso sí, cuanto más rápido vallamos, mejor. Pudimos detener la hemorragia, pero el señor Julien necesita una extracción de balas.

-Entendido. ¡Vámonos todos! Cuando nos hallamos alejado un poco, volaré en pedazos los túneles.

Y efectivamente, cuando sintió que la trampilla era forzada, destruyó todo: la sala, los túneles, a los enemigos, inclusive la fábrica entera. La "Operación Tambora" había sido concretada. Empezaba una nueva etapa para la comunidad.

Héroe: Antoine LeGocqDonde viven las historias. Descúbrelo ahora