La pareja perfecta [MomoJirou|TodoDeku] - BnHA

Capítulo 1

— Mamá, papá —los llamó, haciendo que apartaran la vista de sus respectivos platos—. Tengo que deciros algo importante.

Hoy era el día.

Sus padres estaban ambos sentados elegantemente a la mesa. Y eso era algo que no pasaba muy a menudo, puesto que los dos tenían trabajos que les ocupaban la mayoría del tiempo, así que era raro ver a la unidad familiar al completo cenando juntos.

Debía aprovechar esta oportunidad. Era el momento y lugar más indicado; un instante en el que estarían los dos, le prestarían atención y no tendrían más remedio que escucharla.

O eso es lo que se decía ella cada vez que comía con sus padres.

Porque ya lo había intentado innumerables veces: todas las ocasiones que había tenido desde que cumplió la mayoría de edad. Pero nunca había conseguido hablar. 

No era culpa suya, o al menos eso se repetía ella. 

Es que las palabras no le salían. Se quedaba bloqueada y ni un hilo de voz se atrevía a asomar por su boca.

Porque lo quería decirles no era sencillo.

Pero hoy lo conseguiría. Estaba convencida. Porque hoy tenía algo con lo que no había contado las otras veces: fe en sí misma. Le había costado, pero, por fin, después de tantos años, había reunido el suficiente autoestima.

Iba a hacerlo.

Hoy les diría a sus padres que le gustaban las mujeres.

— ¿Es muy urgente, cielo? —preguntó su madre, sacándola de sus pensamientos.

Aunque Momo no la veía mucho, esta solía pasarse por casa bastante más que su padre, que siempre estaba enfrascado en los negocios, pues dirigía una millonaria empresa farmacéutica. 

Refinada y formal, la actriz y modelo que la trajo al mundo siempre había estado ahí para recordarle, con una sonrisa tranquilizadora en el rostro, las normas de etiqueta que debía seguir. Hanako era una bella mujer de mediana a edad que aparentaba menos años de los que tenía, gracias a la alta suma de dinero que invertía en costosas cremas anti-edad y tratamientos quirúrgicos. Le solían decir que su hija había salido a ella.

— Eh... No, no es muy urgente, supongo —respondió la joven, alicaída.

— Vale, cielo, porque nosotros sí que tenemos algo muy importante que comentarte —ante la cara de preocupación de su hija, añadió, sosegada—: Oh, cariño, no te preocupes, es una buena noticia. Takeshi, ¿quieres decírselo tú? —dijo dirigiéndose a su marido.

— Resulta que un importante socio  está buscando una esposa para su hijo —declaró este fríamente, antes de llevarse otro bocado del bistec a la boca.

A Momo se le cayó el alma a los pies.

En más ocasiones de las que le gustaría, sus padres le soltaban comentarios del estilo «¿No crees que ya va siendo hora de encontrar el chico adecuado?», «A tu edad, yo ya me había prometido con tu padre», o el que más detestaba: «Quizás deberías ser un poco más estricta con la dieta, así los hombres se fijarían más en ti».

Ya era lo bastante estricta con su dieta, aunque a su madre no le pareciera lo suficientemente metida en el canon de belleza femenina. Apenas comía lo necesario para mantenerse en pie, siempre con un gesto relajado y una sonrisa, y memorizar todo el temario para los exámenes de la universidad.

Sin embargo, todas aquellas frases ahora le parecían insignificantes. No le estaban insinuando que se echara novio, le estaban concertando una boda.