Stan Marsh... (20)

69 8 17
                                    

Así como el hermoso Bikaku de entre seis y ocho metros con la punta de escorpión apareció también. Un grito lleno de rabia y finalmente miles de millones de agujas, espinas y lanzas salidas del Ukaku salieron disparados con un sonido acompasado por los segundos imparables. Así como que mientras caía la fuerza del Bikaku ya hacia lo suyo para no tener una caída forzosa....

Una vez en el suelo un latigazo derribó a los que estaban insertados en las lanzas y los tiró contra los vivos para que las lanzas los insertase también a estos.

- la kimera... Es una cíclope también...- habló desde su cabina el tipo de pelo negro y semblante serio y profesional, el líder de la CCG japonesa.- esa fuerza...- ahora Kenny liberó su Kagune marcando las venas de sus ojos con muchísima fuerza, para pelear junto a la rubia en esa batalla encarnizada- ese poder...- Kevin hizo igual- esos Kagunes...- Karen también, quedando así los cuatro chicos "infantes" peleando juntos y dándoles un respiro al resto- necesito quinques con esos Kagunes... Deben ser... Míos... (Kimera... Amarini mo kirakiradesu... Sono chikara... Sono chikara... Sorera no Kagunes... Watashi wa sorera no Kagunes to kuinku ga hitsuyō... Karera wa... Watashi no...)

(Es que se me olvidó que tenía que escribirlo en japonés XDXDXDXDXDXDXDXDXDXD).

Pulsó el tan conocido botón rojo que activó una onda anti-ghoul y un sonido ensordecedor a través de una bocina, unas ondas auditivas muy agudas que tiraron a todos los Ghouls y humano al suelo, a los humanos les reventó los tímpanos y ya jamás oirían, pero los Ghouls ahora solo estaban... Debilitados. Justo cuando ese sonido se cortó y ya no volvió más, los agentes Quinx entraron a escena, armados con solo las quinques y nada más, con los Ghouls que estaban despiertos, todos realmente, pero débiles por el sonido.

En los oídos de Silvia solo había un pitido agudo continuo y repetitivo que le taladraba la mente y no la dejaba levantarse por la falta de equilibrio, puede que no lo sepan, pero quien controla el equilibrio es el oído, es por eso que no podían levantarse debido a ese sonido que se parecía a cuando cae una bomba cerca de ti en los videojuegos. En todos ocurría lo mismo, dejando pista libre a los Quinx para acercarse lo suficiente para arrebatarles sus Kagunes de cuajo.

No sin que antes un fiero perro marrón claro con manchas oscuras y un tierno lacito rosa alrededor del cuello, mordiese y atacase a todos aquellos Quinx, evitando especialmente que se acercasen a los Ghouls. El rugido de un motor se escuchó poco después, cuando los comenzaban a recuperar el oído y de entre los árboles el famoso coche de las 800 millas apareció al fin, aparcando y frenando con un trompo evitando así que se viera el que lo conducía.

- vaya, vaya... ¿No me invitaron a la fiesta?- eso dejó en shock a todos, todos sin ni una sola excepción, esa voz... Hacía tanto tiempo que le parecía más dulce que antes, una voz que no se habían a cansar de escuchar jamás. El tono de decepción fingida y la risa maligna después de eso solo erizó el vello de la piel de los Quinx, haciendo saber que no le gustaba su presencia allí. Salió del coche lentamente asomándose por encima del coche el gorro azul del pompón rojo se asomó con vergüenza y en ese momento lo único que hizo Kyle fue soltar un leve sollozo de volver a verlo, su chaqueta marrón se amoldaba a  su cuerpo, abierta, dejando ver la camiseta negra y  blanca con un diseño peculiar, y una sonrisa recorrió su rostro con un poco de maldad- bien... Supongo que tendré que entrar sin permiso...

Saltó ágil como lo que era, un Ghoul, y se puso encima del coche, esbelto, fuerte, masculino y con una fiereza en su mirada muy elevada. Finalmente el Kagune salió a la luz enrrollandose como la cola de un gato ancha y después elevándose levemente. Era un Bikaku con la punta era una especie de llamarada eterna, como la del Pokémon de fuego charmander, pero no bien, bien, era como una bola de demolición con una punta llena de color parpadeante por la rabia, la fuerza que tenía y la fiereza que demostraba. La bola en si era roja y la luz azul de la fuerza que tenía este Ghoul, dejando una mezcla hermosa de pequeños destellos morados depende del ángulo. El Kagune era azul en si y tenía pequeños pinchos como los dinosaurios y estos eran de color rojo, estos también brillaban y parpadeaban lentamente y en si, la textura era escamosa o al menos así de veía desde lejos.

51.- La Única Humana (Tokyo ghoul) (South Park)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora