N I M I J K R A P

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Sonríe.

Sonríe cuando te sientas devastado, sonríe cuando todo vaya mal, sonríe aunque todo dentro de ti parezca caerse a pedazos.

Si sonríes nadie va a preguntar.

Si sonríes nadie verá más allá de lo superficial.

Si sonríes tal vez te convenzas a ti mismo de que todo está bien. Aunque no lo esté.

No escuches las palabras de la gente, porque ellos no lo entienden. No dejes que nadie te diga si lo que haces está bien o mal, porque es tu jodido cuerpo y tú puedes hacer lo que se te dé la gana con él.

Mántenlo escondido de todos, porque no necesitas ojos puestos en ti a cada segundo. Mántenlo escondido, porque no necesitas que te juzguen cuando claramente no tienen ni idea de lo que hablan.

Come poco cuando no tengas más opción que hacerlo, sé inteligente y planea bien. Vomita todo lo que hayas ingerido después. Y sonríe, como si nada hubiera pasado.

Busca distraerte para no pensar en la comida ni en el hambre, todo está en tu cabeza. Si sientes que tu estómago gruñe, no lo creas, porque es parte de tu imaginación, que quiere hacerte creer que necesitas comer cuando en verdad no lo haces.

No dejes que personas estúpidas se metan en tu forma de pensar, ellos creen que lo saben todo cuando en realidad no saben nada.

Cuando sientas que estás al límite, hazte daño, porque eso te ayuda a sobrellevarlo todo, te ayuda a despejar tu mente y te hace sentir ligero.

Huye de la voz interna que te dice que algunas cosas no son tan pesadas, que no causará ningún efecto llevártelas a la boca porque, créeme, que sí lo hará.

Concentra todo tú en bajar, ni un gramo más, sólo baja, baja y baja.

Y lo más importante, JiMin, cuando creas que ya no vas a poder seguir, cuando sientas que te estás desvaneciendo, acaba todo en ese momento porque, al fin y al cabo, la vida no tiene sentido si no eres delgado y hermoso.

Sólo mira ésos brazos, y ésos rollos de grasa en tu barriga. Todo tú es tan asqueroso. Tus mejillas, tus piernas, tu vientre... todo en ti está mal.

Eres horriblemente gordo.

Pero sabes que si sigues, tal vez consigas por fin ser aquello que tanto anhelas...

- ¡JiMin, me iré sin ti si no sales pronto!- el grito de TaeHyung, su mejor amigo y compañero de apartamento, lo sacó de sus pensamientos.

El pelirosa suspiró, vistiéndose con rapidez. Sudadera enorme, pantalones negros deportivos, ésas eran sus opciones día a día. Si tuviera un buen cuerpo seguramente se vestiría con apretados jeans y lindas camisas, pero ese no era su caso.

Miró el reloj, percatándose de que había pasado más de media hora ahí, solo viéndose en el espejo. Entonces se apresuró, dándose la vuelta para salir de ahí.

Sonríe.

Tae lo estaba esperando en la entrada, sosteniendo el pomo de la puerta con expresión irritada. Todos los días era lo mismo.

- ¿Qué demonios haces ahí dentro? ¡luces igual cada día!- se quejó, avanzando para salir de ahí. JiMin no pudo hacer más que sonreír aún más, culposo.- ¿No llevas nada para desayunar?

- Almorzaré en la cafetería, ahora ya es muy tarde.

Siempre se te hace tarde para el desayuno, pensó el menor, desechando eso en cuanto otra idea pasó por su cabeza. JungKook me debe el almuerzo, se lo recordaré hoy.

Don't smile on me. myg; pjm. YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora