B E G I N

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Cada día, una nueva duda surgía en la mente de JiMin.

Las raíces de sus pensamientos se extendían a tal punto de formar una enorme enredadera como producto final.

Hasta ese momento, fue que supo que la cantidad de pensamientos que tenía eran un problema. Que todo sería mejor si dejara de pensar.

Y entonces, dejó de pensar.

Cerró los ojos, quedándose quieto, sin corresponder a las caricias de la suavidad y la demanda sobre sus labios, pero sin hacer nada para detenerlas.

Apretó sus ojos con más fuerza en cuento sintió que de nuevo, la frialdad lo golpeaba, y se mantuvo a la espera de alguna señal que le avisara que era seguro. Que podría abrir los ojos sin temer por lo que pasaría después.

La mano cálida que ahuecaba su mejilla cayó, dejándole una sensación de abandono.

- JiMinnie, sé que no te gusto, ¿de acuerdo?- las palabras salían como dagas que quemaban en su boca al abandonarla, JungKook parecía dolido. Como si hubiera estado pensando demasiado en eso, como si apenas lo estuviera aceptando.- Sé que no te gusto, y estoy bien con eso. Sólo necesitaba besarte. Pero yo... yo...

- ¿Tú, qué?- preguntó el mayor, apoyando todo su peso en los casilleros detrás de su cuerpo. Sus piernas se sentían como gelatina, y la voz se le entrecortaba.

- Por favor, sólo una vez, correspóndeme.- se miró los dedos con timidez, echándose el cabello hacia atrás segundos después. JungKook le miraba, a la espera de una respuesta.- No te voy a forzar a que te guste, sólo quiero... saber, qué se siente. Después de esto, seguiremos siendo amigos si es lo que quieres, yo sólo... lo necesito, ¿sí?

- Yo... no sé si sea lo correcto, Kookie. No sé si estaremos bien después, y no quiero perderte.

- No vas a perderme, jamás me alejaría de ti.- vio la mirada acusadora en los ojos del pelirosa, y entonces rió con ganas.- No volveré a alejarme de ti, ¿de acuerdo?, aunque quisiera, no podría.

- JungKook.- volvió a pronunciar el mayor, por alguna razón, su nombre se sentía ácido, burbujeante en el inicio de su garganta y raspando a lo largo de esta.

- JiMin... tú siempre estás ahí, y siempre estoy ahí. Y espero, y te sigo, y me amoldo a ti, a como te sientes cómodo. Bromeamos entre nosotros, me recargo en tu hombro porque eres demasiado pequeño para mí, y tú te escondes cuando hago algo que te pone demasiado avergonzado. A veces inicio una frase y tú la terminas, o viceversa. Y... seguimos siendo estables, porque nuestra relación es genial, nos llevamos bien y tenemos la usual química que debe haber entre dos amigos. No quiero arruinar eso, de verdad. Sé que jamás podremos llevarnos mejor que como ya nos llevamos, estoy bien con eso, sólo quiero seguir a tu lado. Pero lo necesito, sólo una vez, después de esto podré seguir adelante.- JiMin observó su nuez de Adán subir y bajar.- Prometo que nada se tornará raro, y prometo que no voy a dejarte. 

Los pensamientos comenzaron a resurgir, las ideas negativas agrupándose alrededor de su mente hasta que no hubo espacio para más. Y JiMin decidió que no necesitaba pensarlo.

- Uh... ¿de acuerdo?- JiMin apretó sus puños cuando vio la sonrisa llena de ilusión en el rostro de su dongsaeng, incluso apretó los dedos de sus pies.

El castaño le dio un leve empujón esta vez, con extrema delicadeza, para hacerlo pegar su espalda completamente a los casilleros. Sus manos bajaron por sus hombros y sus brazos, hasta llegar a sus manos. Entrelazó sus dedos con los de su hyung, dando un paso más cerca de su cuerpo.

Cuando estuvo justo delante del mayor, bajó su cabeza hasta apoyar su frente con la contraria, viendo los hermosos ojos del pelirosa cerrarse ante el contacto. Finalmente, apoyó sus labios en los del otro, sintiendo al fuerte agarre de JiMin en sus manos, y el cuerpo tenso de su amigo.

Don't smile on me. myg; pjm. YoonMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora